viernes, 31 de julio de 2015

¿VISTE anoche, en el cielo, la claridad? Estaba la noche levantada por el rastro sideral de las estrellas. Su inmensidad parecía traspuesta y retocada por las constelaciones del verano. Fue de madrugada cuando mejor pude apreciarlo todo, en la azotea, en solitario, con el solo latir concorde de mi corazón. El ritmo del mundo en el ritmo de la sangre; cerraba los ojos para verlo todo con más nitidez, pues qué diáfano el mar del cosmos cuando te entregas por entero a su estación. 

domingo, 26 de julio de 2015

EN la escritura sucede una ascensión. Va uno escalando a medida que lee y adentrándose en no se sabe qué vericueto de la palabra. Ese reino formado a nuestro alrededor culmina por interiorizarse dentro de nosotros. Y con ello, llega la  vivencia de la palabra literaria. El mar es no es el mar, sino lo que hemos entendido tras esa experiencia lectora o musical, artística en cualquier caso.
Así las cosas, las obras artísticas deben ser transformadoras, procurar el paso de un estado a otro; cuando eso sucede la palabra procede limpia y esmaltada de una verdad, sea cual sea, en el origen (cada vez más alejado) de nosotros. Se produce un movimiento holístico con estas obras, un retroceder hacia lo que seremos.  

viernes, 24 de julio de 2015

AFIRMABA Debussy que en su relación con el mar sucedía el encuentro entre la inmensidad y la pequeñez de su persona. Por ese motivo, no deseaba hacer escuchar el mar, sino hacerlo sentir. Y eso mismo es lo que se produce apenas ha comenzado la composición, la primera inmersión. Una melodía edificada con el telar de un ideario que produjo una nueva música o, lo que es lo mismo, una forma de crear distinta con los mismos elementos. 

Como sucede con el alfabeto, desde el límite de unas vocales y consonantes podemos establecer infinidad de mensajes a lo largo de nuestra vida; tal que la música, con un limitado número de sonidos, pueden combinarse, gracias a su gramática propia, una infinidad de propuestas. 
La de Debussy es prodigiosa, pues amolda la expresión con la idea, la forma con el fondo, haz y envés salinamente ungidos de emoción.

Hoy, que comparto la mañana con su música, todo parece adquirir una nueva luz en sus cuerpos: el pájaro, el árbol, el olor a sal, el propio cuerpo de E. labrado a la luz del verano.






jueves, 23 de julio de 2015

HABÍA encontrado la piedra en la orilla. Es del mismo tamaño que las demás, del resto, de las cuatro que tenía siempre conmigo y que me regaló, de sus manos gruesas, un indolente. Esta es negra y eso me sigue provocando cierta reticencia a llevarla encima, pero creo que sirve para equilibrarlo todo. 

Comienzo un poema: 

¿Y quién podrá sacar lo puro
de lo impuro tan solo con los nombres?
[...]

Y retoco el del destierro y muerte de Ovidio:

TRISTES Y PÓNTICAS
Con Ovidio

Que no te envuelvan los arándanos
con su color rojizo ni que tomes
estas raciones limpias de la luz
como si fueran fin y permanencia.
[...]

Leo. 

martes, 21 de julio de 2015

Hoy, ocho años ininterrumpidos de Trópico de la Mancha: entelequias, exploración, reflexión, lecturas, escritura, palabras, ideas, magmas,... poco más y poco menos. ¿Hacia dónde? las contemplaciones, que siempre rigen la cercanía del silencio, porque no podemos olvidar que escribir silencio y soledad es esbozar el deseo del silencio y la soledad, no la evidencia de que uno los practica. No existe la libertad, ni la esperanza, ni la esencia, ni la pureza, como tampoco la mediocridad. Son objetos verbalizados en la cabeza, caminos que trazamos para comportarnos de una u otra forma. Desembocamos: ética y estética, inseparables.  
Oquedad de las palabras, de todo, de cuanto hemos nombrado desde la ceguera.    

Bien pensado, ese tiempo no es nada. Si todo quedara borrado de este cuaderno, cuando quisiera comenzar a escribir lo haría con la misma sensación de siempre: alumbrar, toda vez y siempre, con la palabra una verdad. Límpida, figurada, atravesada de lapislázuli.  

Es todo, al fin, tan confuso...piensa uno que todo está sujeto a una arquitectura única e inmutable y que quien no sigue ese paradigma vital está fuera de todo rango. Puede que sea uno el que esté en el equívoco y entonces el que tuviera que dejarse ir con el corifeo de la masa, de lo común, de lo que todos hacen sin más miramientos ni análisis, desde actuar entre amigos hasta publicar un libro. Pero, entonces, ¿dónde todo lo que uno ha escrito, dónde todo lo que ha dialogado sobre la esencia, el centro, dónde toda la labranza interna de años y luchas fortísimas? 
No resistiría a ese veredicto de la palabra si renunciara a ir contracorriente, que es como siento, pero van escaseando las fuerzas pues no encuentro acomodo en casi ningún lugar, con casi nadie de lo que hablo. Más descolorado que nunca, tratando de tocar con las manos las creencias mínimas y vitales, el mundo me parece, cada vez más, una incomprensible llamarada en los ojos que no me deja ser quien soy. 




  

martes, 14 de julio de 2015

"LA idoneidad es la perfección estilística que se consigue cuando uno construye una obra ateniéndose fielmente a unos principios", manifestaba Vitruvio al referirse a los constructores dionisíacos y al principio de idoneidad.  

sábado, 11 de julio de 2015

ADJETIVAR el qué de la poesía es ya un silogismo. No existe la superación en las artes, menos aún en la poesía. No es superior Virgilio a Dante, ni este que Borges ni Cervantes. La superación opera sobre formas fosilizadas que han dejado de decir: cosa contraria le sucede a la poesía.
La poesía es la superación del pensamiento articulado por lo que no hay tiempos en la poesía. La palabra poética es transformación y permanencia.
La poesía es una reconciliación momentánea, en el tiempo y en el espacio, del hombre con el mundo. Depende de la armonía que habite en el poema, de la fidelidad de la palabra establecida, así de misteriosa y edificante será al leerla. Por eso el proceso de lectura y escritura, acaso de transmisión de lo poético, es similar a una dramatización de lo literario en que intervienen unos personajes que se igualan, con la ficción, y que participan y actúan en la obra.
La poesía es, antes y después, condensación de la infinitud. Ella nace sin comunicar nada: se intuye, se prevé en la memoria y por eso Platón defendió lo visionario con tanta vehemencia y por esto mismo dejó al margen al poeta: su estancia es de otro territorio. Es una visión que no comunica: solo es. El silencio es el contorno de la creación, de lo que va siendo amorfo. Los griegos rodearon esa materia intuida de musas para que otorgaran el orden que quedara fijado por las artes, pero quizás la memoria primordial proviene de ese silencio que envuelve y precede; los poemas puros contienen la memoria originaria, la que contiene a la humanidad y la revela parcialmente. Un poema es una memoria colectiva del silencio universal. ¿Puede existir en lo contemporáneo? Sin duda, pero cada cual tiene una idea de qué es la poesía conformada a partir de las lecturas que ha realizado, de las manifestaciones concretas que ha experimentado como lector. El lector contemporáneo parece que obvia la tradición y lee tan solo a sus allegados. Esa falta de lecturas y de experiencia lectora se trasluce en los poemas: no hay ritmo, no hay música, no hay recursos, no hay reflexión, no hay experimentación…tan solo una expresión, en líneas cortadas, que hablan de los desahucios, de los partidos políticos, de las religiones, de las cervezas y los porros, de los videojuegos, de las masturbaciones, etc. Creo, sinceramente, que se equivocan de género literario. Quizás habría que mostrarles que hay géneros literarios más adecuados para expresar lo que quieren expresar, porque la creación es otra cosa. La expresión es natural al hombre; la creación literaria deviene de una consciencia distinta. 

miércoles, 8 de julio de 2015

A VECES, en el recogimiento, en silencio, puede uno comprender los sermones de la luz.

  

domingo, 5 de julio de 2015

GEMATRÍA, notaricón y temurá.


Lo innombrable es lo verdadero.


La literatura es tan solo un discurso artificial sobre hombre. La poesía, el intento de alejarse del individuo para acercarse al origen, pero tan solo intento. La música, la práctica más cercana a la inexistencia. 

Ocho años de escritura continuada en este diario.  

viernes, 3 de julio de 2015


QUIZÁS comenzar a escribir una novela es la manifestación más diáfana de la voluntad de un individuo pues a diferencia de un poema o de cualquier otra manifestación literaria, la novela consiente el esfuerzo, el repaso, la variación, la usurpación a lo vivido y lo soñado e inventado en una misma cosa o quizás no, y puede que en el comienzo el ímpetu prístino de una narración anide en una afán de pervivencia en la ficción, es decir, en lo que no ocurrió nunca o pudo haber sido, en lo que convive con lo que es verdadero o lo parece. Puede que narrar, contar sucesos inventados, o no inventados del todo, demediados entre lo real y verosímil, confiera al lector la naturaleza más verdadera de su vida, la condición de ser en un estado que nunca antes había sido posible hasta el encuentro con el relato; de ser la otredad, la vida imaginada del autor, la ficción misma de lo leído y proceder como un ser sin tiempo finito o inmaculado de toda finitud.