Trópico de la Mancha

sábado, 28 de agosto de 2010

Un violín suena en acorde menor por tus calles de almendras. Es un susurro prominente.
Casi un desvelo en plena claridad. Suena cadencioso, a veces serpentea por los agudos. En ocasiones mantiene el cuerpo de los templos profanos. Es quieta y solemne, irónica y mordaz. Hiriente del alma. Diríase que roza el silencio del estornino con su aureola de daga. Por tus calles de almendras mordidas y senos de hiedra.

***

Hoy, sábado de agosto, debo volver a ser quien fui con urgencia.


***

La literatura debería ser la impresión no de que estamos ante algo nuevo, sino de que estamos ante algo que hemos olvidado y que, con esas palabras justas, son removidas de lo profundo y ofrecidas, a la memoria, como un manjar recién concebido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Siempre hay algo que decir,deja tu comentario(s)