Trópico de la Mancha

lunes, 31 de octubre de 2011


EN la mañana escribe con la mesura que no otorga la noche. Ni superior ni más compleja, únicamente estancia. 

La consciencia se encuentra todavía sin invasiones semánticas y está como desnuda. Espera  a tañer su discurso con su cuerpo rodado, con su llama encendida  en la consciencia.

Sin embargo, qué efímera  su presencia y su paso. ¡Claridad de la encina entre la aurora! 

Lo que se presentía como fusión del hombre entregado a la palabra y queda solo en aleteo, en clamor de caída   hacia el silencio.