Trópico de la Mancha

martes, 29 de enero de 2013

ESTA mañana, en el paseo matutino con E., terminé de leer Idilios, de J.R.J. Nos habíamos sentado en un parque. E. y uno tras haber paseado un largo rato. E. observaba cómo jugaban algunos niños; yo, requisaba las minucias que un gorrión había abandonado junto a nosotros. Los dos allí, armoniosamente allí. 

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El centro indudable nunca ha existido ni lo hará, todo él es un presagio idílico. 

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El centro indudable es la evidencia de la inexistencia en el mundo. Todo en él es ajeno a lo mortal, a lo finito. Plácida presencia de Armonía y Naturaleza.