Con Pessoa: <<Me pierdo si me encuentro, dudo si opino, no tengo si obtuve.[...] duermo, pero estoy despierto. Como si durmiese, despierto, y no me pertenezco. La vida, al final, en sí misma, es un gran insomnio y hay un aletargamiento lúcido en todo cuanto pensamos y hacemos>>.
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Los días, la vida es lo que concebimos de ella: su rastro, su fulgor, su incandescencia. No poseemos más que la sensación de vivir, el mero rodeo a nuestra condición sin saber quién y cómo somos.
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Tal y como pasamos por una bella ciudad sin advertir sus virtudes; tal y como senderos en el campo nos dicen el silencio tácito del acontecer natural, dejamos a un lado el sostén inmarchito de la bondad y la fidelidad a nuestros semejantes. Cuando amas al otro eres pluralidad.