lunes, 28 de enero de 2013

ESCRIBIÓ Marcial en un hermoso epigrama: "El librito que lees en público, Fidentino, es mío; pero cuando lo lees mal, empieza a ser tuyo". Ocurre tantas veces la lectura sesgada y de la mayoría de autores, que el epigrama de Marcial estaría en boca de muchos si estuvieran vivos. ¿No es así, Valle?

Porque la transparencia es siempre un  murmullo sinuoso, que se muestra con tanta claridad que ciega y desordena la consciencia. Hay que tener, precisamente en la consciencia, la intuición de su existencia para darle cabida, para dejar que fluya dentro de uno mismo con toda su certeza y profundidad. Dante metaforizó todo este proceso en la Commedia: un pasaje guiado, de círculos, esferas, de silencios, soledades, advertencias de reticencia ante lo que parece y no es, ascenso y descenso, recorrido empedrado, ejercicio espiritual, amor, luz, estación total.