sábado, 31 de diciembre de 2016

La rueca incesante de la lectura y la huella indeleble en en lector: Al paso de la edad (2017)

SER LECTOR es una condición inacabable en la vida; no tiene principio ni tiene fin establecido, es la propia naturaleza de vivir la que le otorga su itinerario pues el lector termina por confundir, como decía Pastrana, "llenos de lágrimas tristes mis ojos", vida y literatura. Puede que esa confusión no sea más que el fruto natural de la vida arraigada en las artes escritas. He ahí su discurso interminable para nortear los días por donde nunca nosotros los llevaríamos en nuestras planas vidas.

Decía que la lectura es un proceso cuyo inicio es desconocido, más aún lo es su fin. No sabemos los libros que terminaremos por leer, pero sí vamos tomando consciencia de que no todos los libros son necesarios, que no todas las lecturas debieran ser cumplimientos obligatorios, porque si hay un acto de entendimiento del camino de la vida es el de enfrentarse a una biblioteca. 

Borges manifestaba que la biblioteca es cifra del infinito y estoy con él en ese aserto, ya que la biblioteca es una recopilación finita y contable de ejemplares, pero con una propuesta infinita e inasumible de vida, del tiempo de la vida en ellos. 

En la acción de leer existen miedos como en la propia vida, los miedos a estar equivocados, a no estar haciendo lo que uno debiera según sus principios. Y es así como se vuelven a releer los libros de siempre porque sabemos, al término de su luz, que podemos seguir estableciendo un diálogo con nosotros mismos. Si algo somos es un frugal paso de los días en la carne, pero cuando el mapa ético está establecido, debe uno permanecer en él por siempre. 

Abandonar el centro indudable es la traición diáfana a nosotros mismos. Estar en los cabales de las ideas que nos acogen también tiene sus consecuencias y, a veces, nos duelen las acciones de los otros, un dolor que al tiempo es gozoso, pues no de otra forma se siente la soledad y el silencio.  Leo en el Tao, capítulo 33: "Aquel que no pierde su centro, perdura". 

Hace años comencé a escribir las lecturas y lo que me suscitaban las lecturas que realizaba. Ese ejercicio se transfirió a todo lo que me sucedía, de Escribir la lectura a Las contemplaciones, del texto exacto de los otros al silabeo interno que el discurso polifónico de la vida timbra en mí. 

Y seguimos leyendo y seguiremos escribiendo al socaire de esas lecturas que se confunden con la vida y que me dejan ahora, cerca y vibrante, de E., M.C. y F., arraigados a ellos como los únicos que ofrecen amor. Como decía Muñoz Rojas en el poema "Tu oficio, poeta", estamos "para que algo quede de este latir". Así las cosas,  el iter vitae de esta aventura  queda con el siguiente croquis: 


ESCRIBIR LA LECTURA (2008-2009)

ARS VIVENDI (2010)

LAS CONTEMPLACIONES (2011)

ALMA REGIÓN LUCIENTE (2012)

MURMULLO DE LA TRANSPARENCIA (2013)

RITO DE SILENCIO (2014)

SER ALGO EN NADA (2015)

CUESTIÓN DE DESNUDEZ (2016)

Para el año próximo comenzamos 

Al PASO DE LA EDAD (Quevedo) (2017)





Cinco cancioncillas y decires

I
Prefiero el canto llano
y la humildad

a los vacuos sonidos
de la falsedad.

II
Morada de la tarde, enamorado,

la sombra de un presente
corre a mi lado.

III
A la caza de amor,
buscando en alto,

el sueño transparente
de un dios en blanco.


IV
No te despiertes nunca,

eres un sueño;
busca el centro, el origen
en el desvelo.


V

Alborea la vida

en la mañana,
los cuerpos invisibles
como del alba.
Cancioncillas y decires

martes, 27 de diciembre de 2016

viernes, 23 de diciembre de 2016

"Me siento múltiple" explicaba Pessoa a la sombra de lo que fue.

LAS contrariedades de este año se han unido a la fascinaciones de este año. Ha sido todo una suerte de reconciliación de los contrarios y pienso ahora que quizás ese sea el verdadero bozal de la vida. 
Convivir con esos vaivenes, -a pesar de no comprenderlos ni encontrarles causa-, suponen una raigambre renovada: la fidelidad a todo. 
La limpieza en el espíritu es la única condición para que la poesía pueda permanecer en la armonía constante, la que se intuye, la que se persigue a cada sílaba, la que brota sin duda de su verdad. Todo alejado de todo siniestro. 

Decía Pessoa en un pasaje puramente cervantino: "No sé quién soy, qué alma tengo.  [...] Soy distintamente otro diferente de ese yo que no sé si existe. [...] Me siento múltiple".  

 Y me recluyo en un poema de Hölderlin, pues tomo todo esto como un renacer, una invocación a la renovación en el ser. Escribió Hölerlin en el poema "La primavera":

[...]

"El hacer diario de los hombres nace con nueva meta,
siendo muchos los signos en el mundo, muchos los prodigios".

Esa es la búsqueda ahora, los nuevos signos en el mundo. Desde lo permanente, sin más aspavientos que la humilde estancia en la lectura. 

lunes, 19 de diciembre de 2016

Suena Cabezón, suicido de lo banal.

QUATRO FAVORDONES


Contrapunto en la calma de la tarde
mientras repaso el canto de tu música.
Cabezón, y tan ciego, solo el ojo
de tu alma te hizo feroz polifemo
mas tu única luz en pentagrama
socorre al mundo de su vulgar esencia.

[…]

sábado, 17 de diciembre de 2016

UN día empecé a leer seriamente y contemplé al mar ido con el sol.

UN DÍA empecé a leer seriamente, dice Pessoa, cuando me cansé de entregarme a mí. Lo escribía Pessoa en sus Diarios (Gadir, 2008). En estas páginas hay pasajes deslumbrantes, tanto o más que los que me conmocionaron en Libro del desasosiego. En el diario, a demás de eventualidades, Pessoa entra en ocasiones en pequeñas trifulcas de pensamiento que deja tan solo anotadas, sugeridas, como el escultor que deja la obra a media terminar. A partir de ellas la plurisignificación comienza a operar. 

Decía que, en estas páginas, he hallado frases cristalinas, a saber: "Soy un poeta impulsado por la filosofía, no un filósofo con cualidades poéticas". A continuación, redondea la frase: "Me fascinaba observar la belleza de las cosas y dibujar lo imperceptible, lo minúsculo, que define el alma poética del universo". 

Palabras muy cercanas a las de Antonio Machado:

El alma del poeta
se orienta hacia el misterio.
Sólo el poeta puede
mirar lo que está lejos
dentro del alma, en turbio
y mago sol envuelto.


Quizás la misma sustancia que podemos leer en el poema de Hölderlin "El ser del espíritu":

"No se oculta a los hombres el ser del Espíritu".
[...]

Como afirmaba Rimbaud en el poema L´Eternité: 
"Ha sido encontrada. 
¿Qué?- La Eternidad.
Es el mar ido
con el sol".



jueves, 15 de diciembre de 2016

Somos el olvido consumado

LA LECTURA se incuba. La lectura se hace oval en nuestro ser; una suerte de osario sobre el que disponemos nuestros pasos venideros.

***

No olvidemos que persona y máscara, desde el mundo antiguo, se funden en una misma identidad.

***

Somos el olvido consumado. 

***

En puridad, estamos en una sociedad negligente (nec legens), que no lee. 

***
Unos llegan, otros se van...de algunos no logro entender qué fueron. 

martes, 13 de diciembre de 2016

En el paso de los años se alcanza la permanencia, escribió Hölderlin a los ojos de Fischer.

FISCHER, cuando visitó a Hölderlin en Tübingen, -parece ser que la última visita que recibió el poeta-, le rogó que le escribiera unos versos de forma espontánea. El episodio dice que Hölderlin le preguntó en primer término por el tema. "[...] He de escribir sobre Grecia, sobre la Primavera o sobre el Espíritu del Tiempo?". Fischer le habría sugerido el último de los temas propuestos. De ahí nace el poema intitulado "El espíritu del Tiempo", fechado un 24 de mayo de 1748. 

Con este poema aprendí una consigna que mantengo en estas paginas y con la idea misma de la literatura: el arte es transformación y permanencia tal que la propia condición humana.  
Del mismo modo, la enseñanza del primer verso es crucial: 
"La vida es la tarea del hombre en este mundo". 

La orientación semántica hacia la propia ética-estética en el verso es inconfundible. Puede que el verso más cristalino de todos sea el siguiente: 

"En el paso de los años se alcanza la permanencia"

Este poema me lleva a las páginas de Carl Gustav Jung sobre "El tiempo de lo venidero" que con tanto fervor. he ido asimilando y leyendo estos años. En El libro rojo de este autor puede uno leer lo siguiente: 

"Tu visión devendrá más clara solamente cuando mires dentro de tu corazón. 
Aquel que mira afuera, sueña. Quién mira en su interior, despierta".

En efecto, es el rigor del sentimiento puro, la alta visión de lo sublime lo que conduce a la mirada del corazón. Quizás la poesía misma, auténtica, no es más que el discurso que deviene de la mirada interior que hace despertar al poeta y convocar a belleza. Por eso es indudable su esencia, por eso es permanente y pura. 

Por desgracia, predomina la mirada externa, la que sueña. En este sentido, dice Hölderlin en un poema titulado "Amistad", que "El espíritu noble no es a la amistad ajeno". Entiendo este poema como una suerte de discurso sobre la fraternidad, sobre la relación entre hombres asentada en la pureza, en el diálogo entre miradas interiores. 

Cada vez creo que la amistad es una enseñanza que concluye en la fraternidad entre mortales. Por este motivo, quizás, sea tan escasa, tan proclive a las idas y venidas. De la misma forma que es difícil hallar la amistad nutricia, es fácil encontrarse con la negrura de lo siniestro en los otros. 

También la ingratitud es humana y la sinrazón una condición de nuestra miseria. Hólderlin:

"Cuando conócense los hombres por su valor interno
pueden con alegría llamarse amigos.
[...]Los hombres gustan de las armonías
y a la confianza se sienten inclinados, viviendo para conocer".

No llegó a escribir Höilderlin un poema a la inversa, sobre el encuentro en los otros de la falta de valor interno. El poeta estaba recluido, en soledad sonora, y solo discurría en él el luminoso estado de la soledad y el silencio; cuando lo leemos se nos ilumina, a nosotros, ahora, en la transformación, en paladar oculto que calla y otorga. 


domingo, 11 de diciembre de 2016

Retales y azucenas en la mañana. Susurro de J.R.J.

VOLVER a ti y estar en ti por siempre
como el cuerpo que acude a la llamada
viva y torcal del canto de la vida.

En una paz sin sed, entre la aurora
despojada de luz y de jardines
en la noche, camino hacia tu ser
ciegamente, sonámbulo de ti.
[...]

jueves, 8 de diciembre de 2016

Nietzsche aconseja hallar el deber y R. Gaya acude a San Juan de la Cruz.

NADIE comprende el estado de la creación, ni los hijos, ni la mujer, ni los padres. Lo explicaba muy bien Ramón Gaya cuando hablaba de la soledad del creador y de la pura incomprensión que reside en los allegados con respecto a la obra artística. Estoy con él en que nadie comprende la dimensión de la obra aunque crea suponerlo, en que nadie, tan solo un creador auténtico, puede consagrarse a ello. 
Y para poder edificar en el arte es necesaria la soledad profunda, el vacío social y el encuentro polifónico con uno mismo.
Una descripción del estado vital que me conduce a Niertzsche: "Creo, además, que no venimos a la vida a ser felices, sino a cumplir con nuestro deber, y podemos considerarnos dichosos si logramos hallar cuál es ese deber".

las virtudes del pájaro solitario puede que no sean más que esa exactitud en la búsqueda y el encuentro de ese deber. Como escribió San Juan en una estrofa de una una de sus Coplas:

[...]
De paz y de piedad
era la ciencia perfecta,
en profunda soledad
entendida vía recta
era cosa tan secreta
que me quedé balbuciendo
toda ciencia trascendiendo.

[...]

La ciencia perfecta que otorga la paz interna, el camino recto, la cosa secreta que puede alzarse como el deber anunciado e incomprendido. 

domingo, 4 de diciembre de 2016

Las ideas se tienen; en las creencias se está.

LAS IDEAS se tienen; en las creencias se está. La poesía es un acto de fidelidad, por tanto, no se abandona nunca, no se duda nunca de ella pues no posee rostro ni contorno. El que duda nunca estuvo; el que cambia, solo tenía una idea, no estaba en ella.

Todo tiene su tiempo bajo el cielo y la poesía es acento de eternidad

AYER escribí unas líneas en el cuaderno amarillo, el que se titula Amarillo fulgor. En ese cuaderno recojo impresiones varias, desde meras subjetividad hasta líneas tomadas de otros autores. También se añaden algunas ideas que quedan a medias, como estas líneas, algún esbozo de poema, que casi nunca germina y  las hostilidades, esto es, cuestiones sobre lo que parecía ser en su principio una cosa y han resultado otra. Así, puede que la vida resulte toda una hostilidad permanente, a la manera de Kierkegard y que, como gustaba citar al filósofo con un pasaje de Eclesiastés: “Todo tiene su momento, y cada cosa su tiempo bajo el cielo: su tiempo de nacer y su tiempo de morir”. 
Y la realidad se sucede en esa vaivén de nacimientos y muertes, acaso de renovaciones que viene  a trastocar lo que nosotros habíamos proyectado a priori sobre ese asunto. Después llega su tiempo de muerte y termina todo, incluso algo que estimábamos como bello y necesario. 

De la indolencia a lo siniestro podríamos llamarla, porque el camino a la inversa se me antoja casi imposible. Lo siniestro impera y eso me asusta y me hace que me esconda todavía más del submundo literario en que ha resultado todo. No solo literario sino que en todas las esferas de la sociedad hay una preponderancia de lo siniestro, de lo mediocre, de lo que trata de alzarse como relevante. No hay gratitud hacia lo edificante en esos ámbitos, es más, se copia y se hace lo que los demás y no se dice ni se menciona a quien inventó. Como decía Borges, una literatura de segunda mano, pero que no sufre reelaboración ni despliega homenaje.       

"Siempre has escrito sobre lo que deseabas ser, lo que jamás fuiste, lo que no serás nunca".

Como decía Pessoa en sus Diarios: [...]"Si no hay en cada uno de mis versos un acento de eternidad, habré malgastado el tiempo de los dioses en mí". 
Estas palabras aleccionadoras siempre me han llevado a aplicar una consciencia profunda sobre la creación literaria, sin concesiones a otras bagatelas y queriendo leer con parámetros literarios, sin prejuicios de ningún tipo, solo ejecutando la experiencia literaria que se hace con la lectura. 

Publicarás hoy, pero serás un gran vacío mañana. Verás tu vanagloria hinchada en estos días, pero ni un eco furtivo de tu palabra en el tiempo. Si trasladas a la gente una mentira por ser agradable y querer sobrevivir en ese mundo adyacente a lo esencial terminarás con la tierra en la boca, mudo, hueso profundo y silente. Decía mi admirado Pessoa una palabras que utilizo para cerrar este capítulo:  "Pero el público no comprende ideas complejas. hay que limitarse a darle ideas simples, generalidades vagas, es decir, mentiras, aunque tengan su origen en verdades; y es que ofrecer como simple lo que es complejo,m dar sin distinciones lo que es necesario distinguir, ser general donde importa especificar para definir, y ser vago en materias en las que lo fundamental es la precisión; todo esto es lo mismo que mentir".

martes, 29 de noviembre de 2016

San Agustín lee a Cioran y termina en desmayo mientras J.R.J. los lleva por el centro indudable

PARA EL CASO, el lo mismo. El hombre comienza a razonar lo que le sucede y lo que cree que acontece a su alrededor. En el punto en que decide manifestar y expresar esa experiencia acude a la palabra. La palabra es la estación primera ya que es natural al mortal el verbo. Sin embargo, a poco que profundiza en esa experiencia, sea del pelaje que sea, cae en la cuenta de que la palabra posee sus propios mecanismos de entendimiento y que esos mecanismos no se corresponden con el hecho en sí. 
El hecho en sí posee su naturaleza y esta no es verbal y, por tanto, no puede comunicarse a través de los rudimentos sintácticos.
He aquí, llegado a este punto, el momento en que el poeta viene a manifestarse. Si la condición no es natural, habrá un halago y una condescendencia con todo lo que es sin más, la experiencia en sí es ya una totalidad. Por contra, el poeta urge a comunicar la experiencia porque no puede hacer otra cosa más que estéticamente ser en su ética. 
En este paradigma, la excepción, el culmen reside en callar y ser silente aun evidenciando que es poeta. No todos los silencios valen lo mismo, no todos los que deciden callar un día son poetas, no todos los que escriben, por el hecho de escribir, son poetas. Estamos en un territorio de círculos concéntricos, complejos, incomprensibles a priori
Y estos son los casos de San Agustín y de Cioran, por poner dos hombres de tiempos distantes y concepciones diversas. Uno y otro acuden finalmente al verbo, mas  manifestando la falsedad primera de esa palabra. San Agustín utiliza una expresión feliz tomada de Josué 1,8: "no se apartaban de sus bocas, pero solo en cuanto al sonido y al ruido de la boca: su corazón, por lo demás, estaba vacío de verdad". 
Cioran en El libro de las quimeras expresa lo siguiente: "la suspensión total del tiempo: el mundo se crea en nosotros. [...] Éxtasis divino: en nosotros empieza el tiempo. La sensación del primer instante...Luego, los instantes que caen en el tiempo como las lágrimas en el alma".

Prefiero hablar, de un tiempo a esta parte, de incapacidad verbal mejor que de insuficiencia. El verbo puede manifestar y comunicar al máximo para nosotros unos círculos de la realidad, pero no todos. Los concéntricos y polifónicos se le escapan, no les pertenece y, por tanto, existen otras edificaciones que pueden acercase más a su naturaleza, por ejemplo, la música. 

Finalmente, pienso que entre uno y otro existe otra vertiente de esta indagación en el ser: es la estética. En ella entra la poesía como alta manifestación. No hay más que acudir a un poema de J.R.J. o de Rilke para percatarse de esto mismo. Sin embargo, en estas construcciones, anida un propósito de belleza y verdad con el artificio poético. La propia condición plurisignificativa de estos discursos ha hecho que se tomen como expresiones ulteriores de la condición humana, pues exceden los significados primarios e inmediatos de las palabras para colocarlas en el Tiempo. 
En un poema predilecto para mí de J.R.J., "Desde dentro", podemos leer los siguiente: 

[...]
no tiendo ya hacia fuera
mis manos. Lo infinito
está dentro. Yo soy
el horizonte recojido.
Ella, Poesía, Amor, el centro
indudable.

sábado, 26 de noviembre de 2016

Decires, sentencias en la madrugada sola

CONOCER la fuerza de la existencia reside en ser tu propio límite.

***

Escribir es el arte de evitar la fosa momentánea de la vida.

***
Goza humanamente, con el delirio de la tierra y los párpados de un dios.

***
Ruptura interior: escisión sonora de la unidad sublime. 

***

Lo era todo, dice J.R.J., naturaleza, amor y libro. 

***
La noche es la plena carne de la luz envuelta en su misterio

viernes, 25 de noviembre de 2016

Expresión luminosa del caos

DECÍA Heráclito, "el oscuro", que la realidad la conforman los contrarios en perpetua oposición. Lo concreto se hace múltiple, cambiante, diverso. Lo nombra todo como la realidad de los opuestos.
Para Heráclito, la razón es la que conduce a una síntesis armónica de esa realidad de los opuestos. 
Así, el arte puede que sea la expresión luminosa de las tensiones y transformaciones del caos y la armonía en un individuo que se proyecta al cosmos.   
Plotino, Bergson acudieron a esta propuesta de Heráclito. Aunque Parménides viniera a contravenir estos parámetros, quizás en la concepción artística funcionan con una clarividencia abrumadora. En último término, los dos filósofos bordeaban, desde ángulos diversos, la misma realidad. Y en sus disparidades se halla la esencia de la mortalidad que nos acoge.   

jueves, 24 de noviembre de 2016

Canto errante

No es de ti de quien brota este pasaje:
es una historia larga y verdadera
que tiene canto e inicio con la muerte.
[...]

martes, 22 de noviembre de 2016

El espíritu potencial de Campbell

Joseph Campbell repetía, de continuo, la siguiente afirmación: "Sigue tu bienaventuranza".

A continuación afirmaba que las cosas trascendentales de la vida no pueden comunicarse ni verbalizarse: trascienden el pensamiento. Lo elevaba todo a un horizonte de ricos y variados horizontes. Para él los mitos eran pistas de esa trascendencia que deberíamos entender alejados de la forma racional de entendimiento. A esto mismo, lo llamo cosmovisiones y si lo llevamos al arte, en concreto a la poesía, las cosmovisiones son irreconciliables, ya que al ser trascendentes no se pueden explicar, ni comunicar, tan solo vivir. Eso es también la indolencia, la armonía, el centro indudable, la unidad, el origen, la polifonía del ser. 

De Campbell sigo aprendiendo los rastros de la llamada philosophia perennis de la humanidad, de la tradición latente que aún sigue perviviendo en los mortales. 




sábado, 19 de noviembre de 2016

El corazón lisiado de Rimbaud y el goce de Píndaro al fuego de Dante

PERGEÑO, en el cuaderno, unos versos que probablemente nunca terminen en nada más que reflejos de un instante de reflexión o de diálogo al término de la lectura de "Alquimia del verbo" en la recentísima edición de la Obra completa de Rimbaud (Atalanta, 2016): 

"Por fin, ¡oh dicha, oh, razón!, aparté del cielo el azud, que es negro, y viví, chispa de oro de la luz naturaleza".

A todo esto sonaba Tanhäuser de Wagner como si fuera la música oracular de estas páginas de Rimbaud. Leo cartas, fragmentos en prosa, poemas, versiones de poemas; me detengo en las fotos e ilustraciones. La foto de Rimbaud con Verlaine, en 1871, vestidos los dos con ropa de tramontanos, pantalones alzados con tirantes, chaquetas abiertas, botas sucias, como si vinieran de la briega del campo, manos negruzcas y amortajadas, miradas perdidas cada cual a su límite, la estampa pareciera de dos agrícolas llegados de la faena que se retratan seriamente y con un leve atisbo de cariño entre ambos. Ante la estampa , escribo:

"Todo tiene un origen y un instante de luz
que sigue permanente e inalterable;
por más que quieras ir en la corriente
frugal de lo vedado a tus manos,
nunca serás allí aunque lo fuerces
como usurero .................--------------

Los dos cuerpos parecen contener "un pecho abierto y un horrible corazón lisiado", como dice el poeta en Iluminaciones
Todo me resulta ya un rescoldo de la insatisfacción humana entre el amor profano y el amor sagrado. Dante ya lo advirtió en su Commedia. Los versos de arriba tratan de entrelazarse con las palabras de Pítica VIII,95, de Píndaro:

"¿Qué es uno? ¿Y qué no es? El hombre es el sueño de una sombra. Pero cuando un rayo divino toca, una brillante luz lo envuelve, y es un goce la vida".

jueves, 17 de noviembre de 2016

De cada cosa bella

Yo quisiera decir
de cada cosa bella
su luz, su impenetrable
esencia hasta morir
con ella y ser en ella
misma recuerdo todo.

miércoles, 16 de noviembre de 2016

Forzar la creación literaria es una representación de la vanidad.

TRANSITORIOS, pero con la fuerza de la mudanza. Existen momentos de reconversión, en los que hay que realizar renuncias y, al mismo tiempo, apuestas. Eso mismo sucede en las artes, el poeta, por ejemplo, aun circundando los mismos parajes temáticos, debe querer adentrarse en el bosque con un machete distinto, con una claridad diversa, con las tripas revueltas ante lo desconocido.

En ese tiempo, todo es temblor, pero no debe el poeta olvidar las certezas y las convicciones, para poner en solfa precisamente, para comprobar hasta qué punto  las sombras eran especulares o verdaderas. No hay más, el don viene del cielo y no se escoge; por mucho que lo desees, el talento, la gracia, el genio sobreviene y pocos son los que lo despliegan. 

Forzar la creación literaria es una representación de la vanidad.   


domingo, 13 de noviembre de 2016

Goethe susurra a Joseph Campbell en el sueño de la noche: "Todo lo perecedero es un símbolo".

DE Joseph Campbell aprende uno la idea de que en el pensamiento oriental se vive con la certeza de la unidad del ser humano con un principio metafísico inefable. Por su lado, la fuerza de la razón en Occidente, como forma de conocimiento, ha generado una evolución singular y única de la ciencia. Así las cosas, Campbell ilustraba todo esto en una imagen del Génesis. Mientras que la tradición occidental comió del árbol del bien y del mal, la oriental comió del árbol de la vida. 
Sucede que con la lectura de las obras de Campbell, como esta hipnótica Imagen del mito (Atalanata), todo se concilia en una forma polifónica y absorbente de vida. Con Campbell todo adquiere su razón de ser, todo se hace complementario de la unidad, forma o itinerario diferenciado pero también enriquecedor. 

Recuerda Leandro Pinkler que Campbell estipulaba que existía realidades distintas en función de la relación con las lenguas, es decir, las realidades más bellas y complejas no pueden decirse ya que trascienden el pensamiento del mortal; luego estarían las que las lenguas tratan de articular pero las llevan a confusión por su insuficiencia; por último, los temas de alcoba. 

En este sentido, llevo esta cosmovisión a la literatura, la materia de la poesía no puede ser un tema de alcoba pues ya la lengua usual es el cauce más idóneo para transmitirlo. La poesía debe dirigirse, porque anhela la música del ser, a esas dos dimensiones ulteriores, inefables, que rozan el silencio sino es que pertenecen a este de suyo. 

Los mitos, la sabiduría antigua los tomo como caminos potenciales de la vida humana, de la vida que sucede en un tiempo que no es del de la lengua usual, el de la razón primera. 
Puede que la sentencia de Goethe perteneciente a Fausto con la que cierra Pinkler su prólogo no sea más que una suerte de sentencia que sintetiza y extrae la esencia de la obra de Campbell: 

"Todo lo perecedero es solo un símbolo. 
Lo inaccesible se hace aquí acontecimiento". 


sábado, 12 de noviembre de 2016

Con E. y F. a la librería de la mano de Rimbaud, Campbell y Ramón Andrés

LOS VESTÍ y me los llevé a la librería. Tenía encargados tres libros desde hacía un tiempo. Uno de ellos, el de Ramón Andrés, Poesía reunida-Aforismos (Lumen), lo conocía porque he leído todo lo que este autor ha escrito desde hace años. No ha sido poco el aprendizaje que uno ha extraído de sus páginas, de sus diccionarios, de sus ideas personales sobre este o aquel pensamiento. Porque la obra de Andrés funciona en el paradigma de lo semántico y ese territorio siempre se sitúa en el límite con la filosofía. La poesía era una consecuencia natural a su forma de contemplar el mundo. Por eso es bella y natural, porque brota sin aspavientos, sin desmanes, sin pretensiones de rupturas. 


El que trata de romper no conoce el enigma de la unidad y la armonía. Esa es la primera puntada en la lectura de la Obra completa bilingüe (Atalanta) de Arthur Rimbaud. No negaré que comencé a leer a Rimbaud gracias a un relato de un gran escritor argentino, Marco Denevi. A Marco Denevi me lo descubrió mi admirado y querido Alberto Manguel (qué gratitud a sus cartas a mano desde Francia). Fue en el 2008 y lo conté en este diario (puede leerlo aquí) . El relato de Denevi es el siguiente:

LA CONTEMPORANEIDAD Y LA POSTERIDAD
En un hotel de mala muerte, calle Campagne Prèmiere, año de 1872, un académico espía por el ojo de la cerradura el cuarto contiguo al suyo. Ve, escandalizado, que un hombre y un jovencito están haciendo
el amor. Llama a la policía y los gendarmes se llevan presos a los dos viciosos. Entonces el académico vuelve a su habitación y, más tranquilo, prosigue escribiendo una tesis académica, erudita y laudatoria, sobre la poesía de Paul Verlaine y Arthur Rimbaud. Mientras tanto, en la comisaría, los dos viciosos, interrogados, dicen llamarse Paul Verlaine y Arthur Rimbaud, respectivamente, y ser de profesión poetas. En el bolsillo del hombre es encontrado un poema que se titula Vers pour être calumnié.

Inmediatamente, movido por un afán deconstruccionista, localicé el precioso poema de Verlaine. Lo dejo aquí, al viento, como una calumnia concebida bajo el palio de la inocencia humana.

Ce soir je m'étais penché sur ton sommeil.
Tout ton corps dormait chaste sur l'humble lit,
Et j'ai vu, comme un qui s'applique et qui lit,
Ah ! j'ai vu que tout est vain sous le soleil !
Qu'on vive, ô quelle délicate merveille,
Tant notre appareil est une fleur qui plie !
O pensée aboutissant à la folie !
Va, pauvre, dors ! moi, l'effroi pour toi m'éveille.
Ah ! misère de t'aimer, mon frêle amour
Qui vas respirant comme on respire un jour !
O regard fermé que la mort fera tel !
O bouche qui ris en songe sur ma bouche,
En attendant l'autre rire plus farouche !
Vite, éveille-toi. Dis, l'âme est immortelle ?

(Esta noche yo había analizado su sueño. /Si bien su cuerpo dormido castamente sobre la humilde cama,/ Y vi, como una que se aplica y que dice así: /Vi que todo es inútil bajo el sol! /Vivimos, oh maravillas de lo delicado /Tanto nuestro dispositivo es una flor que se dobla! /Oh, el pensamiento conduce a la locura!/ Me temo que para usted se despierta./ Ah! la miseria, te amo, mi amor frágil / ¿Quién tendrá la respiración como usted respira un día! / O los ojos cerrados al igual que la muerte! /O que la boca de rissueño en mi boca/!Mientras tanto, los demás se ríen más fuerte!/Rápido, despierta. ¿Decir, el alma es inmortal? ).

"Para ser calumniado". (2006, juin 25). Wikisource, . (2006, 25 de junio). Wikisource. Retrieved 14:20, septembre 24, 2008 from http://fr.wikisource.org/w/index.php?title=Vers_pour_%C3%AAtre_calomni%C3%A9&oldid=103162 .

De esta forma, termino leyendo a Joseph Campbell, la bella edición de Imagen del mito (Atalanta). De Joseph Campbell creo tenerlo todo en la biblioteca y además leído y asimilado como una de las lecturas más trascendentes de las que he ido realizando. La primera obra que leí, El héroe de las mil caras (FCE), la compré en una primera edición en una librería de lance de Sevilla. Me costó ciento veinticinco pesetas, justo lo que me quedaba para el billete de autobús que compraba el viernes para volver a casa. Tuve que pedirle prestado el dinero a un compañero de piso y pagarlo casi a letras, poco a poco, mientras iba subrayando y leyendo de forma posesa cada página de un libro que supuso una transformación evidente. Ahora, en Imagen del mito, muchas de las páginas de entonces vuelven a resonar en la memoria, pero acompañadas de una edición de dulce que añade ilustraciones fundamentales para entenderlo. 

F. y E. me dan la mano, sus diminutas manos que contienen los dedos de mi vida. El tacto de sus pieles son la forma y la aritmética que renace, a cada momento, en este mundo que nace nuevo cada vez.