jueves, 28 de abril de 2016

QUÉ acertado estaba Cervantes, y por ende don Quijote, cuando en la segunda parte de El Quijote, en el capítulo XVIII, enfrenta, en un rico diálogo, al caballero y a don Lorenzo. El primero lo pone en la noticia de que el padre le ha comunicado que es poeta, a lo que don Lorenzo responde atendiendo a la humilitas antigua. Aun así, Cervantes introduce, en su inconfundible estilo, un aserto que ha sido válido para todas las etapas de la literatura, a saber: "No me parece mal esa humildad [...]porque no hay poeta que no sea arrogante y piense de sí que es el mayor poeta del mundo". 

Cuando el diálogo acaba, el padre de Don Lorenzo, don Diego, le pregunta al hijo qué ha sacado en claro después de la charla sobre las ciencias de caballería y poesía. A lo que responde don Lorenzo otra genialidad de Cervantes que  bien pudiera valer para definir qué es un poeta: " él es un entreverado loco, lleno de lúcidos intervalos". 


Y así, espigando aquí y acullá, lee uno en los autores verdaderos la verdad revelada de siempre, la que ha continuado permanente en el río y el afluente de la literatura, aguas a los que todos debían acudir antes de escribir, corrientes puras, cristalinas que dicen lo que otros creen que están diciendo- Todo lo demás es expolio, insuficiencia. 



miércoles, 27 de abril de 2016

ASÍ discurre quizás todo, como estas letras, como este diario incesante, sin rumbo, sin pretensiones altisonantes, sin querer decir más allá de lo que rodea y matiza la mirada. Concertadas por un principio o causa matriz que las convoca y las hacina como muestras de nuestro paso por este mundo, por esta realidad, persiguen una armonía secreta. Intuida, puede que solo imaginada. 
Hay en todo una música secreta, acaso un largo meditar que se consigue en la soledad plena. Una soledad polifónica que restalla en el interior. Una soledad que desemboca en el silencio nutricio y que orillea, si así lo permite naturaleza, en poesía. Es el encuentro de los contrarios: la poesía, la confabulación de la palabra que aspira al silencio, de la sonoridad convocada en la música. 

Música y silencio, matriz del poeta, verdadera encrucijada de bifurcaciones que confunden al aeda, que lo sitúan siempre en la duda interminable, en el largo meditar, lo repito, que solo lleva a la guarida de la pureza. 

lunes, 25 de abril de 2016

Pavanas en la tarde

ES ahora, en la música celeste
y lenta de pavanas en la tarde
cuando siento latir la parsimonia
y la contemplación como juicios
vivos y tan cercanos a mis ojos.
[...]
TODA la tarde leyendo, solfeando: acto de reflexión total.


A la manera del libro X de San Agustín en sus Confesiones, libro de dulce, afirmo en la soledad de este diario: " No es con consciencia dudosa sino segura, como yo te amo. Ahora bien, ¿Qué amo cuando te amo?". 

sábado, 23 de abril de 2016

Posesión de tu nombre

ESTOY aquí y estoy en la firmeza
de un hombre solo, fiel a sus principios.
Nada vendrá del viento a despertarme
hacia el latir amargo de la gloria
y el ego que cabalga en tu mirada
son las sombras antiguas de lo incierto.

Aquí estoy, clavado en esta piedra
opaca e intangible de la nada
con el ardor del héroe de los libros
de Homero, con sus sueños imposibles,
con todas sus espadas tan en alto
que convoco con ellas a los dioses
invisibles y fieles de belleza.

Aquí, porque te adoro, te susurro,
poesía, y agarro tu perfil,
prefiero lo que siento a lo que miro
aquí, en ningún sitio de este mundo
que convoquen mis ojos a la infiel
presencia de mi cuerpo con tu cuerpo.

Entono estas palabras para ti,
-mortal de añada, vivo tan difunto-,
no me aflige morir en el veneno
de eternas soledades y silencios
que suceden olvidos y la infamia
de los que ahora viven moribundos
en sus versos creyéndose tan vivos.

De un poeta no viven sus acciones,
es tan solo el latir y la pureza
de poesía quien vive en lo restante
en la trama invisible ya sin tiempo,
allí, en donde habita el olvido
y jamás tomarán posesión de tu nombre.


 

jueves, 21 de abril de 2016

Leer es confirmar nuestra fe en la palabra.

LA historia del pensamiento, de la filosofía, es la historia de la escritura. Toda escritura es el arte de materializar el pensamiento. La poesía, en este sentido, es el arte que trata de materializar el pensamiento en virtud de una armonía estética. Sea cual sea esa armponía es perceptible para el lector, reconocible desde el instante mismo de la lectura. las lectura es un desvelo, aletheía, de esa cristalización verbal.  Su ejecución se hace posible porque el creador posee la virtud, la condición para someterse al proceso de transmisión. Con qué claridad explicaba todo esto Platón, también Dante y el propio Bécquer. 
San Agustín manifestaba en relación con estas disquisiciones: "Cuando se escribe una palabra se hace un signo para los ojos a través del cual entra en la mente lo que pertenece a los oídos". Estas palabras dirimen el significado de literatura, más allá, de la palabra en sí como elemento material, que encuentra acomodo en la forma sonora  y figurativa. Forma y sonido que conjugan la materialización del pensamiento. 
En este orden de cosas, no podemos obviar que tras la materialización del pensamiento el propio pensamiento adquiere otra razón en sus orígenes, pues la palabra es a un tiempo creación y denfunción, establece una forma para eliminar todas las restantes; prefiere una selección y combinación de elementos para desestimar los restantes elementos de la realidad. 
Así las cosas, la palabra es igualmente lo que conduce al pensamiento a un parto formal, a una estación de pátinas sonoras que jamás volverán a disolverse, a des conjuntarse. 

Lo que se escribe en literatura es definitivo, pues un cambio en la forma es un cambio en el pensamiento que la mueve. Y a la inversa. Es así como un poeta se encuentra siempre en la tentativa del silencio y, al mismo tiempo, del decir desmedido. Es su estado natural: el limítrofe ser de la palabra. 

***
Aunque el escritor no lo quiera, todo lo leído se trasluce en la escritura. Por eso no se puede leer todo, ni estar en todo como lector, ya que eso conduce a la mixtura de lo falso, de lo sombrío que se cuela en la claridad fluyente de la fontana literaria. 


Escritor contemporáneo: el que publica, no el que escribe sus creaciones. Escribir es crear: pensamiento, razones, la palabra de un hombre.

***

Expoliado: citas literales, recursos, razonamientos. Quizás calle y guarde de ahora en adelante.

domingo, 17 de abril de 2016

EN ESTE MOMENTO, comienzo a releer, de nuevo, por siempre, con el estupor y la maravilla del asombro, "Descenso al reino de las sombras", el libro VI de Virgilio. Lee conmigo, silabea en silencio, casi frisando la esencia de la soledad nutricia: "Todo, punto por punto, lo habrían recorrido con los ojos" [...]
A LOS ESCRITORES, no a los poetas, -eso es otra realidad que no se escoge-, les diré que no se dediquen a copiar, por favor, lo que otros escriben. Y si lo hacen, por favor, indiquen quién fue el que lo escribió. Tú, sí, tú. 

viernes, 15 de abril de 2016

Un despertar a lo que somos.


LA PALABRA luminosa es un despertar a lo que somos.

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La belleza es un sendero de verdad construida con mentiras.

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Todo lo que podamos nombrar no existe. Sólo lo innombrable es lo esencial.

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El poema debe aspirar al silencio que antecede al silencio, eso es todo. El ritmo en la poesía es una forma de hacer presente el tiempo. Provoca una expectación incitante, que acumula únicamente la memoria de lo escuchado. Es un ir hacia algo, un desvanecerse de la realidad hacia no se sabe dónde. El poema grandioso es el que transforma su ritmo en el ritmo especular del ser del lector.

jueves, 14 de abril de 2016

ESTA LUZ me ha recordado los paseos por las calles de París, por los mediodías cenicientos de la ciudad que me formó en literatura, en la mirada literaria sobre la realidad. Es una luz taimada, que apenas socava la retina del deslumbre. Un centelleo que sugiere, que contorna las figuras en un roce de transparencia; que no llega a excederse en su manifestación, antes al contrario, permite detenerse en la contemplación. 

Pensaba esta mañana en la vida misma, en las aristas que doblegan las razones, en las injusticias, en la condición humana, en definitiva, en cómo cada cual observa y entiende el mundo. Por esa razón cada vez me inclino más a la libertad de cada cual, sin más parámetros que los de su entendimiento. 
No puede uno estar en la defensa de posiciones ante la realidad más que para adentro, en silencio, en la retaguardia o el cuartel de invierno de la consciencia. Y allí, en ese recoleto estar, sí debe impregnarse todo de calma, de la tranquilidad que principia el estallido de la armonía.    

miércoles, 13 de abril de 2016

"ME ESTUDIO más que cualquier otro tema. Es mi metafísica y mi física. [...]  Como aquí; escribo mi pensamiento en artículos descosidos, como cosa que no puede decirse de una vez y en bloque", leo en Montaigne estas líneas y caigo en la gracia de su genio, en la moderna consciencia de su palabras. 
Qué hondo pensamiento y qué razón otorga a esta escritura deslavazada de todo, -postrada quizás como un piélago invisible-, los textos de Montaigne, un hombre asilado de su tiempo pero viviendo su tiempo como nadie; un escritor huidizo de lo contemporáneo pero más contemporáneo que todos; un autor que descifró, quiso descifrarse, como el enigma mayor de sus letras con sus propias letras, al trazo de un rostro, como el de Borges, que iba edificando el perfil de sus días.     






martes, 12 de abril de 2016

EL LUGAR: corredores de trigo
espigado y creciente, laberinto
verde ante ti, contigo contemplando
su cuerpo reflejado en tu memoria.
[...]



domingo, 10 de abril de 2016

UNAMUNIANAS.

EL OTRO día escribí en este diario: "CERVANTES adelantó la teoría literaria de Bécquer como solo él sabía condensar la sentencia con la gracia de la prosa española. Hoy, al releer Novelas ejemplares, me encuentros con esta afirmación: "Lo que se sabe sentir, se saber decir". 
El caso es que si existe un autor cervantino, de raigambre hispánica, que supo esculcar los entresijos y la dimensión literaria de Cervantes es Miguel de Unamuno. 

En Credo poético escribe mi admirado poeta: 

"Piensa el sentimiento, siente el pensamiento"
[...]
"Lo pensado es, no lo dudes, lo sentido".

El poema al completo propone una teoría de la creación, una apuesta metaliteraria, cómo no, de la creación poética. En ella se transmutan: sentimiento, pensamiento, Idea, decir. Estamos ante el problema que desde el mundo griego no ha dejado de azuzar, por etapas, la consciencia de los creadores. esas épocas están muy delimitadas y a poco que el lector comienza a establecer vínculos cae en la cuenta de el mundo griego estaciona en el Renacimiento-Barroco, Romanticismo hasta la Modernidad. las vanguardias dejaron fuera de sitio algunos de estos elementos que nombramos. la época actual, ni siquiera los considera el asidero primero, la estación última de poesía.

De este libro que subrayo, Poesías, de 1907, me gusta todo, me fascina la sencillez de su título, el poema que lo principia, el resto de composiciones e, incluso, su modernidad. Un poema como "Cuando yo sea viejo" lo hubiera firmado Gil de Biedma y "Denso, denso" el propio Antonio Machado; qué retranca en "la corte de los poetas" y qué sublime cada verso de "Castilla". En este libro se encierra más poesía, más aprendizaje que en algunas décadas últimas de nuestra lírica y qué olvidado el tono de Unamuno, y qué vilipendiado lo que suena a 98 y a Castilla, y a España y a la música de nuestro idioma en favor de poemas escritos al soniquete de traducciones. Qué provinciano, como Ortega, resulta todo en este mundo que se cree hipermoderno. 


sábado, 9 de abril de 2016

Nada es lección de la vida misma.

EN OCASIONES, todo es recogimiento. Y suficiencia. El agua pregona con firmeza lo fugaz de nuestras horas, pero también la permanencia. Con la poesía, el blanco de tu boca es ya blanco por siempre y el rumor de nuestras lenguas asediadas meditan transmutadas la transformación hacia lo incierto. 
Noto un hundimiento profundo, pero lo encaro con clemencia. Con la contemplación y la cadencia aprendida en los libros, no en la vida. Nada es lección de la vida misma sino el sesgo de la palabra en ella, de la palabra que nunca renunció a su principio, de una palabra que solo encuentro en escritores de otra época, otra etapa, otros años que ya son míos, tan míos o más que los que vivo y están repletos de invasores y poetastros sin sentido. 
Como decía Hofmannsthal: "Y tres son uno: un hombre, una cosa, un sueño". Por la premura y el fulgor del encantamiento poético, como bálsamo, se confunden las tres dimensiones: la condición humana, el nombre mismo de la cosa y la memoria que la trae al punto de tu vida. Platón, ¿verdad? Todo Platón desplegado a los ojos en estos tres afluentes. Tres inciertas realidades, de ninguna de ellas conocemos nada, quizás tan solo su lábil razón para nosotros.

jueves, 7 de abril de 2016

LOS COLLADOS inmensos traspuestos de la luz
como un ancho haz de aire puro viste el púrpura
secreto del desvelo hacia la nada incierta.

Infinito eres tú ya en esa tierra roja
[...]



miércoles, 6 de abril de 2016

AMARILLO fulgor del dulce octubre
arrima con pasión el instrumento
a la lengua furtiva de la tarde;
lánguido estar en todo este fin,
renovador sonido y confidente
del límite del signo, del prodigio
inmediato y precoz de la existencia.
[...]

martes, 5 de abril de 2016

CERVANTES adelantó la teoría literaria de Bécquer como solo él sabía condensar la sentencia con la gracia de la prosa española. Hoy, al releer Novelas ejemplares, me encuentros con esta afirmación: " Lo que se sabe sentir, se saber decir". 
Toda un atería romántica y griega del proceso creador: el sentir y el decir en una relación irresoluble. Cervantes plantea además la posición del individuo como una actitud frente a la realidad, esto es, la misma realidad puede ser "sentida" o no por los individuos, pero desde luego debe ser sentida en lo profundo para poder entendida desde la palabra. 

La palabra es para Cervantes el haz y el envés de la realidad, de ella deviene y hacia ella se nos antoja sentida desde la consciencia ética. 

domingo, 3 de abril de 2016

Lo esencial es quietud.

Leer, vivir, contemplar. Puede que la verdad no se conozca nunca, mas el afán de perpetuarse en su búsqueda es fervor de quietud y de esencia. 

Afirma el maestro Eckart: "Lo esencial es quietud". Y la quietud es la conformación aparente de un equilibrio, de una armonía. Aparente porque en su confabulación son inevitables los movimientos internos hacia lo que Hölderlin llamaba "lo incierto". 

Leo después a Miguel de Molinos, su Guía espiritual: "El camino para llegar a aquel alto estado del ánimo reformado, por donde inmediatamente se llega al sumo bien, a nuestro primer origen y suma paz, es la nada". 

Precisamente, la época contemporánea es contraria a lo esencial y, en consecuencia, a la quietud y la contemplación interna. El conocimiento interno de cada cual se diluye en el rugido permanente de la sociedad. Los escritores no dicen con la advertencia de la palabra dadora de realidad, sino con el convencimiento marchito de la política y otros amaneramientos.