martes, 30 de abril de 2013

HOY E. me quiere demasiado. Va creciendo y creciendo y ya muestra arrumacos y cariños. Eso me desvela y me trastoca. El beso de un hijo es el beso del amor puro. 
 
Pergeño unos versos torpes, que quedan en el cuaderno, que están motivados más por el sentimiento que por la lírica. Aun así, los guardo como reminiscencia y conocimiento de mí mismo, para cuando ya nada quede y solo recuerde el eco de la vida. 


QUISIERA la mirada de E. sobre la realidad. 
Ella esculca cada recoveco de su entraña 
y la convierte en vida; 
reconocer el brillo de lo original 
y nuevo en cada parpadeo 
y mostrar cara de vértigo 
a cada vuelo de una mariposa. 

Quisiera mostrar al viento mi rostro 
y sonreír de puro contento; 
silabear sin tanteos al descubrir 
el valor de los vocablos: 
pan, aire, agua, papá...
cuerpos fónicos de inocencia y plenitud.

Quisiera poseer la finura 
y la inmarchitable piel que muestra E.; 
su profunda suavidad, 
el olor a camelias 
de su pequeño cuerpo.

Quisiera celebrar la realidad 
como lo hace ella en cada abrazo 
y en cada beso, porque el amor 
es la perpetuidad que nos mantiene. 





lunes, 29 de abril de 2013

UNAS notas de humor y de socarronería deberían ir veteando este diario. La risa es una necesidad para afrontar la alegoría de la vida. Situaciones diversas, a veces, contradictorias, que detonan demasiadas preocupaciones vacuas y sin sentido. La risa, me digo, escribir desde el prisma del humorismo y la ironía, como este recuerdo de Claudio Rodríguez que me persigue desde que se presentó el sábado para descargar sus improperios sobre todos los presentes.

Una gorra, llevaba Claudio una gorra y venía bien cargado, casi sin poder articular palabra. Pero, qué claro lo dijo todo, qué discurso tan limpio y rotundo. Señores, ahí os quedáis, rompió él al final.Y allí nos quedamos, supongo que ajenos los más, sorprendidos los menos, y riendo uno en solitario, como si nadie entendiera que lo único que me salía por la boca era: "pío".

***
Pensando en la Literatura, en la ética-estética, caigo en la cuenta de que hay una cuestión latente en todo esto que no he advertido hasta ahora. Decía no hace mucho que el último libro había traido en limpio la verdad en la vida, tanto por la virtud de los actos y como de los silencios siniestros del prójimo. 
El tema que encierra toda esta cuestión es el del cuepo y la mente. Para Platón el alma es preexistente al cuerpo y la razón. El eros es la fuerza que impulsa y ventea el alma hacia su origen. 

El eros es el anhelo de Belleza. Por esta causa, cuando una obra literaria está motivada por esta fuerza, es pura, verdadera y justa; el autor trata, en la medida de su entendimiento como mortal, de participar de la belleza originaria. Esta consciencia de la insuficiente vrtud del verbo para aprehender toda la Belleza es lo que conduce inexcusablemente al escritor hacia la humildad. Allí debe anidar su vida y su palabra.   

domingo, 28 de abril de 2013

APARECIÓ Claudio Rodríguez lanzando improperios a todos. Al principio, no supe qué ocurría, qué estaba pasando con todo aquello. Hoy sigo macerando el acto y las palabras. 

*** 

Afirma M.Z. que en la busca de verdades filosóficas se encontraba con revelaciones poéticas. Es el trayecto de la ética, sustancia de la Filosofía, a la estética. Uno, desde su pequeño reino de falsedades, comenzó en la estética y aún está recorriendo el camino hacia la ética. Es, en ese circuito especular, en el que el mortal puede llegar a comprender su naturaleza. Creo que no existe un lugar de llegada, sino que en las visiones  y en los símbolos del movimiento sucede todo. La virtud del poeta es de naturaleza visionaria, si no contempla los que va sucediendo y espera llegar a una clarividencia, jamás escribirá ni dictará palabra alguna. La poesía es acto y respuesta. De la estética a la ética y viceversa. Conjunción y armonía.   

sábado, 27 de abril de 2013

EL CAMPO tiene su música. Ayer pude comprobarlo en la finca del poeta J.C. quien, anfitrión magnífico, me puso ante los ojos la geografía de su caserío: eucaliptos, rosales, almendros y moreras, plantas aromáticas y tierra húmeda, trigales parecidos a la mar en calma. Las lomas asomaban a lo lejos y ofrecían una figura en el horizonte, acaso la silueta de un infinito.

Hablamos de música con té y magdalenas. En un tiempo proustiano, recogidos por la luz, las palabras eran versículos. El trigo era un mar en calma, latente luz recogida en un haz.



 




viernes, 26 de abril de 2013

HAY días en los que nada me incumbe más que callar solemnemente. Encuentro, en esos instantes, una satisfacción plena por los silencios aplicados al ruido de la humanidad. Ninguna palabra cabe, ningún lamento. Tan solo un silencio profundo como raíces ocultas, como un bajo continuo que ejerce su armonía. La música extremada del aire sereno, las noches oscuras que deleitan el alma, un aire sonoroso, un silbo inefable que convoca y restituye. Ese silbo es un centro indudable que irradia un laberinto, es la noche respirada, es la consciencia de una vida ahondada en la palabra.  

miércoles, 24 de abril de 2013

QUÉ bello el paisaje que rodea a El Gastor. La serranía invita a las contemplaciones.  En el camino, a mediodía, penetraba con el coche por las carreteras que conducen hasta el pueblo que encima una roca que se alza sobre todo el paisanaje. Ascendía mientras los olivos mostraban su antigüedad. Una vez en el pueblo, en la plaza central, pude congraciarme con la pureza del aire. Respiraba mientras leía algunos poemas de Luis Rosales.  En uno de los miradores, antes de desembocar en la plaza, detuve el vehículo y me dediqué a mirar el verdor y los reflejos de la luz. Podría decirse que, en esos instantes, mi infinito era el infinito de la sierra. 

Todo era quietud, sosiego, pureza, un dédalo que condensaba la luz y la memoria. Pensaba en las palabras que iba a pronunciar, sobre todo en el método para no nombrar nada que me perteneciera. 
Así, en la biblioteca pública, nada más entrar, pregunté si tenían algún ejemplar de Ilíada, de Homero y de la Divina Comedia, de Dante. Además, requerí un Quijote por si acaso. Con esos tres volúmenes sobre la mesa, a los que sumé mi ejemplar de Platón, comencé a sentirme más templado, pues estaba convocando las palabras de la verdad y de la pureza y estaba, además, profesando un acto de fe. La literatura se ha convertido en el esapcio íntimo y sagrado al que debo proferir fidelidad.
¿Qué podía realizar si no en aquel paisaje sabio y culto de los olivos? La luz entreverada en las hojas, la extrañeza solícita de las sombras proyectadas en la tierra roja, en la tierra que cogí con las manos hasta manchármelas de melancolía y que tengo, junto  amí, ya en la ciudad, como el recuerdo lírico de un encuentro con la esencia.  


lunes, 22 de abril de 2013

UN DÍA huido, ensimismado, que me deja al margen. Un día como todos, en que no soy nada, murmullo de la transparencia.

domingo, 21 de abril de 2013

UNO de los libros que marcó el comienzo de mi escritura en el diario fue el de Julio Ramón Ribeyro, La tentación del fracaso. Debo confesar que lo leí con esmero, fijando la atención en su diseño y, sobre todo, en el manejo que despliega el autor del fracaso absoluto que es siempre comenzar a escribir. Porque escribir es canto sin eco.

Decía que J.R.R.mantiene viva una idea crucial para todo aquel que se acerca y que crea a través de este cauce y de este génro. El diario es siempre un trabajo inconcluso, es siempre un ir deshaciendo lo que nunca fue. Un diario es siempre inacabado, a difeencia de la novela, del poema o del ensayo, lo permite todo. No posee afán de finitud en sí mismo; su naturalez es sr materia inacabada Es una matriz, pues está muy cercano a la vivencia del individuo en su más absoluta soledad. No he percibido más silencio y más soledad que cuando he leído unas páginas de un diario verdadero. 

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Al leer unas palabras de Luis Rosales me quedo pensando en todos esos poetas que se declaran creyentes de alguna religión y que realizan todo lo contrario a lo que expresan los siguientes términos: 

"Dios es tu absoluto. Pero no se escibe para él. La poesía es algo que dejas para abajo. Yo tengo dudas para creer, no para vivr. En el amor y en la vida no se cree, se vive".

Qué lección de un peta que no confunde los términos como es habitual en estos tiempos de yerma valía intelectual. 

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Al comienzo de Conjuros (1958) escribió el poeta Claudio Rodríguez:

¡Dejad de respirar y que os respire
la tierra, [..]

Parece que la poesía españla comenzó un declive del que n se ha recuperado. salvo el caso de algún poeta aislado, como no puede ser de otra forma, lo que comenzó en la poesía española fue la proliferación de capillas, grupúsculos y demás ralea scial del extraperlo literario que no entendió que había que deajr de respirar, de ser, en definitiva, para ser algo en nada.

sábado, 20 de abril de 2013

LA mañana ha dejado su rastro de folía antigua, de danza premeditada que asoma y perpetra una ensoñación.



viernes, 19 de abril de 2013

E. no ha querido dormir como tras noches. Ha comenzado a llorar, a saltar en la cuna y tan solo se ha consolado cuando la hemos dejado en el mármol. Le fascina gatear, ser libre a ras de suelo, observar el mundo que la circunda por vez primera. Ese énfasis no la ha dejado dormir y eso me ha dejado muy pensativo, porque anhelo esa resistencia al sueño, deseo esa resistencia a seguir en la libertad ante tanta estulticia, ante tanta falsedad.E. parecía querer elevarse por encima de lo humano.

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Un gran hombre llamado L. Annaei Senecae, contemporáneo, por supuesto,  escribió lo siguiente en Naturales quaestiones: "[...] claro que doy las gracias a naturaleza, no precisamente cuando contemplo bajo el aspecto que es común a todos, sino cuando me he introducido en sus penetrales, cuando aprendo cuál es la materia del universo".

Pasadas unas páginas, termino por leer:  "¡Ah, qué despreciable es el hombre si no consigue elevarse por encima de lo humano!". 

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No puedo dejar de anotar que pensar es ser y que el acto definitivo del pensamiento es la creación

jueves, 18 de abril de 2013

IMPLÍCITAMENTE, el texto pregunta al lector lo que Dante al comienzo de su andadura: ¿Cuál es tu naturaleza y tu procedencia? El texto es como el oráculo que anuncia una intervención inciática en el lector. De él dependen las significaciones.  

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La creación y lectura literaria son verdaderas experiencias humanas. Como tales, transforman y renuevan cada vez que el lector comienza una andadura semántica por las páginas del libro. No es casual que el libro, así inventado, y ya sea en cualquier formato, es un mensaje configurado de forma distinta a otras disciplinas. Esto conlleva propiedades singulares. La principal y que, desde luego, más influye en su recepción, es la que somete al texto a una lenta aparición. Esta propiedad del mensaje verbal provoca que el lector se vea necesariamente acomodado a esa cadencia semántica. El tiempo de la lectura siempre es una comprensión lenta, parsimoniosa, de pura concentración: es su naturaleza. 

Leer despabila los sentidos, los hace momentáneamente subversivos, abandonan su mundo de referencias viciadas, inanes, para aislarse en el mundo de las palabras enunciadas. Los gustos, los olores, las visiones, acaso el sonido mismo del corazón en el silencio, pertenecen a otra dimensión, a una transfiguración fundamental que, si se realiza desde una verdad, hacen de la lectura un rito de reconocimiento pleno y absoluto. 


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El ser y el tiempo, en la obra de arte, son indisociables. La obra artística configura su ser en el acto mismo de la creación. El significado penetra en la psique y ofrece un conocimiento inadvertido para el lector, también para el propio autor, de ahí que el autor siempre haya apuntado a una fuerza externa a su voluntad que lo ha llevado a ese entendimiento. 
Decía que el lector descubre una realidad que nunca antes había sido de su persona y que, de pronto, no solo la reconoce sino que se infiltra en ella y convive, a partir de ese instante, con ella. Fue Platón el que dispuso en forma de diálogo esta teoría del conocimiento, pero, ¿no es Platón, acaso, el más moderno y contemporáneo lector y creador de los mortales?   


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Todo acto estético es una acción ética. La naturaleza de la estética deviene de la ética.

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Cansado de tanta opinión banal, veo necesaria la regeneración de la cultura a a partir de la creación. La creación es necesaria para que la realidad no siga manida y apuntalada con tópicos. Los intelectuales deberán crear, deberán procurar creaciones ético-estéticas que verdaderamente muestren la Justicia, la Verdad y la Belleza.   


miércoles, 17 de abril de 2013

El EMBELESAMIENTO se refiere al cautiverio de los sentidos, al tiempo en que los sentidos quedan anulados, perturbados. Esto mismo, para el poeta, es la trágica renuncia a la poesía, al centro indudable. 

La filólogos modernos han confundido, en demasiadas ocasiones, su cometido. La Filología que profesaba Nietzsche era aquella que enraizaba las palabras en su propio ser, con su propio ser. Para tal tarea, el filólogo debía someterse a una investigación centrada y pura del término. De esa matriz surgían grandes lectores, conatos de críticos literarios que no solo habían leído los textos, no solo conocían los rudimentos de la retórica en su sentido lato, sino que procuraban un citerio estético a sus propias creaciones.

Me ha ocurrdio con el término "embelsamiento", ya que este término condensa la palabra "embelesa" en su más profundo seno. La belesa es un tipo de planta, usada en la antigüedad, para narcotizar, para provocar una estación hipnótca de los sentidos. Es un término figurado, entonces, este embelsamiento; una metáfora de las condiciones en las que el mortal penetra cuando inocula y asimila la embelesa. 

De esta manera, y con esta superficilidad, el poeta contemporáneo queda embelesado, anulado y habitante de la mentira plena, de la confuso más galopante y lejana de la esencia de lo poético

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SÓCRATES
Me refiero a aquel que se escribe con ciencia en el alma del que aprende.

FEDRO
¿Te refieres a ese discurso lleno de vida y de alma, que tiene el que sabe y del que el escrito se  podría justamente decir que es el reflejo?

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La poesía es lo numérico y los celeste.






martes, 16 de abril de 2013

LEO. Lector omnívoro de Platón. El banquete o del amor: leo y pienso: creación límpida en mí mismo. Apuntes en el cuaderno, renglones colmados de vida que reducen mi tarea de escribir a mera repetición. la lectura de Platón anula mi sintaxis. 
Son tan potentes los diálogos, tan bellamente ofrecidos que achican y establecen la verdadera altura de lo que uno hace diariamente. Tan solo contemplar, desde la quietud polifónica, desde el movimiento del espíritu y conmoverme y tranformarme en la materia de la belleza, de la poesía que es belleza para mí:    

"La causa es que nuestra primitiva naturaleza era una y que nosotros éramos un todo completo. Se da el nombre de amor  al deseo de volver a recobrar aquel antiguo deseo". 


"A la verdad, Agatón, es a la que no es posible resistirse". 

"el que ama lo bello, ¿qué es lo que ama? -Poseerlo, respondí".


" Prque la posesión de las cosas buenas hace dichosos a los seres y ya no hay necesidad de pregunyar por qué el que quiere ser dichoso quiere serlo"



"belleza eterna, increada, e imperecedera, exenta de incremento y de disminución, belleza que no es bella en tal arte y fea en otra, [...]que existe eterna y absolutamente por ella misma y en ella misma". 

"si alguna cosa da valor a la vida es la contemplación de la belleza absoluta.[...] ¿Qué pensar de un mortal a quien le fuera dado contemplar la belleza pura, simple y sin mezcla, no revestida de carne, de colres luminosos ni de todas las otras vanidades pereceeras, sin la belleza divina misma?". 


"Los ojos del espíritu no empiezan a ver con claridad hasta la época en que los del cuerpo se debilitan".



lunes, 15 de abril de 2013

BOECIO enseña las dos ramas del saber: la práctica y la teórica. A la práctica pertenecen la Ética y la Moral. A la teórica, la Metafísica, la Teología, la Física,... la Filosofía comprende todos los niveles de conocimiento, los conjuga y los hace razonables para el hombre; desde Naturaleza hasta la concepción de lo incognoscible. Es cierto que estas dos posturas pueden resumirse con Platón y Aristóteles, pero Boecio construyó una respuesta literaria al asunto. 
  
La poesía, en este compendio de saberes de la Filosofía, ofrece un raciocinio novedoso, quizás original, más cercano a la lógica musical que a la verbal: es la polifonía inalcanzable para el verbo. El poeta es una sola voz, una nota; la música es una pequeña reconstrucción del mundo azul.  
Leo a Boecio. Qué tiempo más feliz y completo el de la lectura. Pienso en el apaleamiento a que fue sometido y condenado y en las horas que invirtió para escribir: toda es siempre una metáfora, todo está tamizado por La consolación de la filosofía. Me sobrecoge el aroma de eternidad de estas palabras de un hombre muerto en vida. 

domingo, 14 de abril de 2013

HE VUELTO a contemplar la noche, a decir en cada estrella la medida de mi voz. Entrego la respiración libremente, con el equilibrio de su vaivén, con la cadencia de sus dones. Frente al cosmos, de cuerpo desnudo, envirotado de total melancolía. Luna menguante que sugiere su figura de estridentes visiones.
Caos y armonía; origen recobrado.

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Hemos entendido de forma drástica que la belleza presupone proporciones exactas, sin aritmias ni desequilibrios. Sin embargo, nunca hemos entendido que Platón describió cómo cuando el mortal conoce la idea de Bien se aleja de los compotamientos humanos y se dedica, únicamente, al trabajo de las teorías. Esa es la tarea final del poeta, esa ha sido, desde luego, en los grandes poetas hasta el momento. Un contenerse en sí, alejados de las catervas y de las mamandurias de los pseudopoetas

*** 

Ser exige silencio y soledad.    
Escribir exige silencio y soledad. 
Vivir exige silencio y soledad.

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En el Teeteto afirma Platón que el mal es cosa de los hombres, es cosa fundamentada en las accione humanas y que contrabiene a la idea del Bien. al releer algunos pasajes, compruebo, además, que Platón está siempre bordeando una cuestión capital que, en los últimos meses, tanto me preocupa. ¿Puede la naturaleza de las realidades determinar su comunicación o es a la inversa lo que pienso? 




sábado, 13 de abril de 2013

 PLATÓN se dirigió a una de las cuestiones que fundamentan la ligazón entre filosofía y poesía: 

el decir ya presupone algo que está ahí, algo que es
  
Ser y decir. Por lo que podemos distinguir entre "ser" propiamente, en sí y "lo que se es". Por tanto, con estos presupuestos, el ser no necesita manifestación verbal para ser. En esta disyuntiva se sitúa el poeta en su tarea mortal, silencio y soledad ante el ser y así se explica la desconfianza ante lo escrito, sea cual sea el logro y la genialidad. El poeta verdadero, que capta la esencia del ser, el ser mismo, desconfiará siempre de su palabra, pues siempre será ésta melodía pasajera, sugerente armonización de una realidad suficiente. 

***


EN uno de los rincones del despacho en que trabajo cada día tengo un pequeño texto en latín que me acompaña y alumbra a cada paso del absurdo que allí sucede. El texto está acompañado de una reproducción de un mosacio predilecto para mí: el del siglo III que representa al poeta Virgilio custodiado por las musas. El texto culmina de la siguiente forma: 

"Musae poetarum patronae sunt. Musica grata est Musis". 

Cada vez que siento la caída al vacío lo releo y trato, además, de encontrar, en el silencio profundo de mí mismo, esa musica grata y esos círculos indelebles del gran centro, del centro indudable. 

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Los no-poetas estaban agarrados a la no-poesía. Cuando esta deja de brotar, ellos no son nada, pues de nada se han alimentado, tan solo de lo efímero.Por lo menudo, el no-poeta solo lee a sus cómplices en el ejercicio de la no-literatura. Pío, pío...







viernes, 12 de abril de 2013

AL llegar a casa, pensé en la importancia de la lectura. Leer toda la noche es un acto muy profundo, quizás el más noble que un ser humano pudiera llegar a realizar. Así, la lectura puede enaltecer a los hombres, engrandecer sus espíritus, ensanchar sus días, pero también reducirlos a simios, pues leer sin más ni más, tan solo a los amigos, es cosa bruta y tosca que convierte al lector en lelo e ignorante. Por eso, pensé en la sustancia con que acudiría al acto y no lo dudé, escogí un libro de Platón. Tumbado, leyendo, embelesado, observaba las estrellas aun estando en la habitación. 

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Sócrates a Critón: "Debemos un gallo a Asclepio; no te olvides de pagar esta deuda". Las últimas palabras de Sócrates antes de que su cuerpo fuera siendo tomado por la cicuta, por la gélida potestad del tóxico.  
Explica Cirlot que el gallo es un símbolo de vigilancia y de resurrección, de primacía del espíritu. El episodio en que Sócrates mantiene la entereza del filosófo ante sus discípulos  a sabiendas de su muerte ha sido siempre un pasaje que me ha conmocionado. La lectura del Fedón está en alcanzar la templanza de Sócrates, en aquilatar la templanza de los actos en la vida sin la desmesura de la vida, sino en la serenidad de la muerte. Ya lo advierte el propio Sócrates: "Los hombres ignoran que los verdaderos filósofos solo laboran durante la vida para prepararse a la muerte". 

Leído con detenimiento es esta la visión y el símbolo con que escribieron los  poetas de altura como Rilke o Dante, escribían desde la propia muerte, desposeídos ya de sí mismos, dejando de ser en cada letra, en cada sílaba prendida de un ser que los pujaba y que no terminaban de comprender. 

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Desdeño la esperanza de decir más allá con mi palabra. 

jueves, 11 de abril de 2013

HE revisado el cuaderno y compruebo en él algunos poemas incipientes. Los he numerado y cuento siete poemas. Algunos de ellos, vituperados, maltrechos, muy emborronados. Pienso en abandonarlos totalmente hasta que me llegue esa evidencia de la visión y de los símbolos. El poeta no trabaja, no pule, no artesanea con los versos: su trabajo es de otro raciocinio, su fuente quizás nunca ha sido entendida. J.R.J. hablaba del misterio, del envés de lo que la literatura actual y sus secuaces quieren propalar en la sociedad. Siempre la literatura nació de un individuo genial y los jalones a la historia de la humanidad siempre ha residido en la mente de un hombre solo. 

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Escribo visión y traigo a este diario unas palabras de M. Zambrano que me conmueven: "Si se trata de palabras que solamente manifiestan la aparición de la palabra misma, el sujeto vive entonces la palabra como antes de haberla tenido, como si hubiera podido no existir, pero sabiéndola cierta". 

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miércoles, 10 de abril de 2013


“FUI, non sum es, no eris”, es el emblema que puede leerse en Emblemata nobiliati et vulgo scitu digna, de Theodor de Bry, realizado en Francfort en el año de 1593. El caballero ofrece una rosa a la muerte que descansa encima de una piedra. El joven caballero mira al lector con mirada compungida. Impostadas sus piernas, camina con grácil celeridad. ¿Por qué la prisa y la muerte?


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La miel, para los órficos, es símbolo de la sabiduría. Una mirabilia poética que cada mañana, al comenzar con el desayuno, me pregunto qué nos hizo de esta forma, con este pensamiento que pone a las claras tantas deficiencias.

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El “adagietto” de la Sinfonía nº 5 de Mahler congestiona el alma. Hacía tiempo que no me anegaba el espíritu la música de Mahler.  Cuando escucho y profundizo con la mente en la música, leo El origen musical de los animales-símbolos, de Marius Schneider. Este autor cree, por lo demás, que todo símbolo posee una raíz musical. Y uno, que lo cree así, medita sobre la raíz simbólica de estas partituras de Mahler y de tantas otras que resuenan en la memoria acordada. 

Símbolos, símbolos...como afirmaba Hebbel: "El deber más importante de mi vida es, para mí, simbolizar mi interioridad". 

Las edades esparcidas por la negrura a los ojos del cielo en la noche: annus ventorum, annus solaris, annus stellatus..., pero, ¿en qué edad voy iniciando mis días? 

martes, 9 de abril de 2013

PLATÓN en Libre de la tormenta, de J.S.M. Es tan notoria su presencia. La tormenta, en la lectura de este libro, se vive amparado no por el platonismo, sino por una vivencia platónica de la vida y de la literatura. Las dos comparten la misma esencia y así se nomina cuando el poeta escribe en "Trece": "La verdad es una esencia subida en una encina". 
Más tarde, afirma en "Mil": "Dice el aire que todo es mentira, que nada es lo que parece". Este pasaje está laminado por las improntas de los presocráticos y remozada en la idea platónica de los conceptos definitivos y absolutos. Todo llevado a la vida y a la literatura, ¿puede ser de otra forma, acaso? 

En "cincuenta y tres", el poeta acerca el fuego de la razón de las ideas a la poesía: "El tono en la obra poética de un autor es una sucesión de matices purificados tras la eliminación de los desvíos".

Por último, anoto en el "cuaderno de marrón" titulado Actos de templanza el fragmento "Sesenta y dos": "En la lejana sombra hay hombres que se cruzan". El poeta vuelve al ser, al origen de sí, al canto de la semilla. 

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Brahms reconcilia lo más recóndito de mí con lo más evidente de mí. 

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De lectores. Afirma Hesse, en un pasaje hermoso y colmado de sensibilidad, lo siguiente: "El que carece de sensibilidad para el verso tampoco percibirá, al leer buena prosa, los valores más exquisitos y el encanto y la belleza del lenguaje". 



domingo, 7 de abril de 2013


ME dejan iluminado de suyo estas sintéticas palabras de Hesse. Su afilado pensamiento siempre se dirige a la esencia de lo poético y además renuevan mi torpe  y escasa acción del pensamiento. Me apoyo en sus logros para ascender, me valgo de sus luces para, al menos, se espectador de las virtudes de un hombre: 
"El poeta no debe amar al público, sino a la humanidad, que en su mayoría no lee sus obras y, sin embargo, las necesita". 

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Huxley escribió con lucidez sobre El Greco y Goya. En cuanto a este último pintor, no dejó de ensalzar los grabados y las pinturas de “La Quinta del sordo”. Obviamente, cada uno de los que penetran en la cosmogonía de estas pinturas queda azuzado por una extrañeza y una maravilla. Es la misma que convoca Huxley en su pequeña reseña sobre la exposición que menciona. Así, cuando me encamino a la azotea para contemplar el cosmos, pienso en un enorme mural en que se proyectan las luces, los recuerdos de una causa desconocida. Eso me produce un desvelo y un anhelo de no sé qué vivencia, pero, en esa inmensidad, encuentro siempre mi medida exacta.   


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Dice M. Zambrano en El sueño creador: “Existir es un movimiento en que se actualiza una esencia. Existir es el movimiento propio del ser, como el vivir actualiza la vida”. He reflexionado sobre estas palabras en muchas ocasiones y no pocas veces, cuando escribo, las tengo en cuenta, por delante, acrisoladas en la consciencia.  
 Así, en la poesía, el poema es la existencia que actualiza una esencia poética. Cada poema es un acto y por eso es insuficiente, pues lo que propone es una manifestación estética de la esencia original poética, de lo que denomino lo poético. Estas incursiones las he acordado en Ars vivendi con mayor o menor fortuna, pero siempre desde el convencimiento y la verdad.



sábado, 6 de abril de 2013


HUXLEY dedicó un artículo a la selección de libros que haría si su biblioteca ardiera una noche. Me he parado pensar en ello, pues creo que hay verdad cuando llegan los límites. Huxley nombra a Homero, a Dante, a Shakespeare, a Donne, a Eliot, a Tolstói, a Balzac, a Stendhal, Bouvard y pecuchet de Flaubert, a Montaigne, a Pascal, ...todo ello para plantear una pregunta final a esta selección: ¿Qué nutre mi mente? Una buena colección de libros”. A la vista de los autores seleccionados, termino por pensar que la Literatura siempre ha sido una para que el ha tenido ojos y para el que visto desde fuera de sí. 

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Puede que estas notas no sean más que caprichos, pero estos caprichos van perdurando demasiado en el tiempo y en esta vida. Se acumulan por necesarios y el encuentro que me provoca el acto de escribir cada día me hace someterme a una disciplina que ya ha perdido todo halo de cerrazón. Es pura libertad, pura alegría escribir a pesar de que uno tenga consciencia plena de la poca altura y de la peor armonía de las letras.


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He soñado con un inmenso campo de trigo. A través de sus espigas he rodado mi mano suavemente, con la lentitud del aire, con la suavidad del alma. He paseado las palmas de mis manos por las crestas de los trigos, las he peinado al viento con el sutil magma de mi inocencia. Y me he contemplado insuficiente, me he creído, de una vez por todas, minúscula espiga entre la inmensidad.

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No hay nada más ancestral en el hombre que la memoria. Platón hizo de la memoria la forma de conocimiento. Por esto escribo hoy que la música provoca la revelación de la memoria en el espíritu como ninguna otra disciplina.

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El mejor poema de Cernuda, con total diferencia del resto, es el que comienza Si el hombre pudiera decir lo que ama…

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Algunas noches me quedo en la azotea de la casa contemplando el cielo, llenándome de noche. Me sitúo en las orillas del cosmos, ante las constelaciones. Es el preciso instante en que la medida de mi espíritu toma consciencia. Una miniatura quieta, una fugaz melancolía. Y a todo esto, en esta noche de insuficiencia, El clave bien temperado, de Bach, para reconciliar al hombre con el hombre, al hombre con el cosmos. 

viernes, 5 de abril de 2013

  1. VIDA: Cuando uno recorre el camino de los que han regresado, cuando uno estima la vida como un bien y una composición armónica, suenan y se edifican los días en otro tiempo. Es el tiempo de la consciencia plena de estar vivo que no entiende del tiempo desmenuzado en tramos pretéritos ni en tramos futuribles. Es todo condensación, el uno, que evoca en la materia del espíritu un origen.
  2.  LITERATURA: surgió en el hombre como forma manifiesta de ese origen irrenunciable. Por este motivo, el arte es belleza, es justicia, es verdad y todo lo que se manifieste fuera de estos parámetros termina siendo fugitivo y perecedero para el hombre.
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Sabias reflexiones y mejores palabras las que utiliza Hesse en Lecturas para minutos. Pequeñas piezas armonizadas desde la verdad de un individuo que se proyectan en la bóveda de los lectores. Hoy, al leer estas líneas, he pensado en María Zambrano y en los paseos por Roma, en aquellos paseos al atardecer por los jardines, en los momentos en que trataba de rescatar la belleza del jardín de mi memoria para siempre:
"Toda poesía es, antes que nada, un valor estético, y la estética, el conocimiento de lo bello, no es ciencia, pese a todas las tentativas y esfuerzos para que lo sea; no se puede aprender ni reducir a métodos". 

Esa idea que vertebra el fragmento de Hesse la tengo por norte y por sendero luminoso cuando conjugo vida y literatura, ars vivendi. Prosigue el alemán:

"Lo peculiar del poema, su irreductibilidad y la belleza pueden quedar ocultos"; ahora recuerdo, al leer todo esto que comencé un poema hace años que decía: "Hay una verdad oculta a los ojos..." y que lo abandoné porque supuse que ese verso ya estaba contenido en la poesía misma, si es que alguna vez he llegado a tocarla. 

Termino con Hesse, con el reconfortante calor de las siguientes palabras: " y, si a uno se le escapan, por muy sutiles y doctas interpretaciones que haga en torno a los contenidos no llegará a captar lo más auténtico". 

Me agrada que sea la virtud como lector el fundamento de esta escritura, pues así creo que ser lector que capta lo auténtico es compartir la belleza misma de la poesía, pues autor y lector se dejan a sí mismo para ser siempre uno, el mismo. 

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Lo vuelvo a escribir ya que no termino de asimilarlo, pero cuánto me está enseñando Ars vivendi sobre la calaña de algunos individuos, sobre la verdad de algunos individuos. Y es que nos encontramos en un tiempo de la verdad que contiene una diáfana penuria. Esa penuria exacerba la naturaleza del mediocre, pues nunca estuvo donde la poesía y la verdad. Al verse nublado todo, el propio impostor recalcitrante comienza a confundirse con actos inmorales. 

jueves, 4 de abril de 2013


ESCUCHO a Chabela Vargas, las simples cosas. Uno se despide muy sensiblemente de pequeñas cosas. Porque uno vuelve siempre a los sitios donde amó la vida. Lo hace para comprender la ausencia de las cosas amadas, de las raras bellezas sumergidas en los ojos.

Las simples cosas que quedan doliendo en el corazón y que forman signos y destellos en la memoria. Porque uno vuelve siempre, como en poesía, a los sitios transitados antes de vivir, antes de morir. 



miércoles, 3 de abril de 2013

DEBEMOS amar la poesía, pues es una realidad bella. En ese amor existe un fruto incierto, pero inevitable. Cada obra, cada poema y cada verso se revela en nuestro espíritu. Somos la música misma de cada composición; nuestro ser acordado se manifiesta en cada una de las músicas del poema:
“La belleza es la posibilidad que tienen todas las cosas para crear y ser amadas.”, dice Valle-Inclán en su fastuoso libro La Lámpara maravilllosa.


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Me llega una carta del poeta  Á. G. L. manuscrita y una caja cargada de libros, de sus libros de poemas. La he leído en varias ocasiones e incluso le he dicho a M.C. que la leyera en voz alta para poder escuchar las palabras con los ojos cerrados. 
La caja de libros está junto a la mesa. He abierto algunos de los volúmenes, de las primeras ediciones de las ya avejentadas páginas cargadas de frescos poemas. Cuánta poesía frente a tanta estulticia contemporánea. 
Leo un poema, acabo con otro. Agarro la edición de Memoria amarga de mí en ediciones Albatros, de 1983. El título es un homenaje a José de Zorilla y fue así ya que, todavía en estos tiempos, los poetas eran ante todo lectores de literatura. Más tarde, releo los poemas estoicos de Trasmundo, en la edición de Editorial Oriens, publicado en Madrid en 1980. 

Morir con la esperanza
de seguir siendo un muerto.

Romper de estas palabras
lo que lleve al recuerdo.

Ser un trozo de nada
bostezando en lo eterno.  

Me encuentro, además,  con la edición de Medio Siglo, cien años editado en la Colección de Poesía Juan Ramón Jiménez, en 1988, cuyo diseño corrió a cargo de J. C. W. Este libro ganó el Premio Hispanoamericano de Poesía con un jurado presidido por Claudio Rodríguez y eso, esa anécdota, me emociona y sobrecoge. Libros, poemas, la poesía viva de un autor que me escribe desde el otro costado. 




martes, 2 de abril de 2013

SIEMPRE los poetas deambulan por la esencia. Son siempre allí. H. Hesse: "Para el artista creativo la realidad de las sensaciones, del tiempo, del espacio y de la causalidad tiene que estar fuera de duda, como algo esencial, ya que son sus únicos medios de representar y de convencer".