sábado, 9 de febrero de 2013

ESTE diario es, cada vez más, un piélago de escritos diversos. Quizás esto mismo debiera ser la esencia de la escritura que solo se persigue a ella misma. De la escritura que trata de figurar la silueta del ser de un individuo que las impulsa al espacio en blanco. Textos independientes que, si se unieran en algún momento, solo dejarían la huella y el rastro de un individuo inquieto, explorador del centro indudable. Nada más y basta con ello, pienso.

El ejercicio mismo de la escritura es una posición estética (idea que trajimos ayer al diario) en la que se destruye más de lo que se edifica. 

Hoy, por ejemplo, comencé a escribr en el cuaderno de marrón unas notas que escribían la lectura de Jung. Dicen esas líneas (palimpsesto, intertexto): "El camino de lo venidero arranca cuando se impone el espíritu de la profundidad sobre el espíritu del tiempo". "Esto sucede a través de símbolos y de visiones", proseguía:

VISIÓN ---------------------Fundamentos: Imagen, Metonimia, Metáfora (tropos y figuras retóricas).


SÍMBOLO -----------------de una realidad velada: la realidad del ser. Esencia del centro indudable.

La poesía concilia estos mundos paralelos, opuestos, complementarios.

***

Como el alquimista parte de la materia y en ella opera con la sabiduría inefable, así el poeta.