domingo, 14 de junio de 2015

BAUDELAIRE propuso para la modernidad el paganismo de Ovidio y de Catulo. A ello sumó la concepción de la "espiritualización estética" del mundo con la que entendía que las artes, sus manifestaciones, eran correspondencias con la misma naturaleza. 
Como Wagner, como Poe la realidad asume más allá de la realidad, quiero decir, la realidad de los sentidos es una percepción demediada de la realidad al completo. Así dice el poeta en el poema "Correspondencias":

"Es la Natura un templo cuyos pilares vivos
[...]
el hombre lo atraviesa por un bosque de símbolos"

Cuando Baudelaire incluye en su poema "Los faros2 a algunos artistas (Leonardo, Rembrandt, Miguel Ángel, Puget, Watteau, Goya, Delacroix culmina con un verso glorioso:

""ces´t pour les coueurs mortels un divin opium!"

Y, cuando el lector ha avanzado en este camino, este asedio hacia las zonas desconocidas que nos provocan estas tentaciones, leemos, con un deleite desazonados los siguientes versos en el poema "La Muse Vénale"

"Car c´est vraiment, Seigneur, le melleur témoignage
que nous puissions donner de notre dignité
que cet ardent sanglot qui roule d´âge en âge
et vient mourir au bord de votre éternité!"

"este llanto ardiente que va de siglo en siglo
para morir al borde de vuestra eternidad".