miércoles, 6 de enero de 2021

Los inviernos: Coleridge y Shopenhauer.

 CUANDO los inviernos eran inviernos Historia de una estación, de Bernd Brunner (Acantilado, 2020): 

"Los inviernos invitan a detenerse, a repasar las cosas una vez más, o tal vez sólo a concentrarse en lo esencial. El invierno muestra limitaciones y nos revela lo vulnerable que somos. Aunque no represente ya el desafío existencial que implicaba antaño, el invierno nos muestra que exste un mundo opuesto al de la abundanciadel verano".

Ahora que todos manejamos los datos en Internet sobre los fenómenos meteorológicos  y sabemos, a la hora, lo que va a suceder y cómo, hubo un tiempo en el mundo en que las estaciones llegaban como del cielo, sin avisos, tan solo a la vista y el sentitr en el cuerpo de los hombres. Y había, entonces, una meditación, aunque fuera repentina, un detenimiento ajustado a estación que estuviera en ciernes. Puede que ahora seamos más efectivos y precisos pero hemos perdido la observación equilibrada sobre naturaleza. 

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 Estamos con Coleridge en cuanto a la poesía: "The best words in the best order". 


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Cuánto anhelo de un verdadero sentido en el trabajo como el humanista "otium cum litteras", en el que discurra la palabra por mor de la mera sabiduría, del aprendizaje con el otro, del rigor y la profesionalidad a la que nos debemos. El tiempo venidero, el que ya muestra sus pisadas, eleva la ignorancia a la altura del esfuerzo por saber, porque para conocer hay que poner empeño o, en palabras de Shopenhauer, voluntad. 

 

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