sábado, 11 de febrero de 2012


LOS poetas, cuando son verdaderos, escogen sus silencios y rescatan la razón. De ese mestizaje, surge la palabra poética. Por este motivo, los poetas no dejan al albur un término u otro, pues conocen que, una vez que el discurso poético queda fijado, la palabra se instala en otra zona que ya es ininteligible incluso para su propia conciencia.
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SIEMPRE disfruto con Flaubert, sobre todo con Bouvard y Pécuchet. Esos personajes son ya familiares y, en ocasiones, los imagino sentados aquí, en el salón, rodeado de libros y enciclopedias con los que tratan de argüir una justificación para su existencia. Sus actitudes en la vida me resultan atractivas y me emocionan y me ruborizan. Encuentro en estas páginas tanta vida hecha literatura, tanta virtud y tanto amor por el hombre. Porque en la descripción y la demostración de la incapacidad del hombre reside el amor y la verdad.
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...(debería estar leyendo)..?¿I32 . Libro de Novalis, Schlegel. Supremacía del Romanticismo alemán: rescate para la actualidad. Libro de Dante, Eliot, Leopardi; la palabra como un estado o una latitud del espíritu. Casa del ser. O mejor, espacio de la presencia del ser, eso es, el poema es el paradigma o el axioma del ser manifestado. (palabras, quizás demasiado decimonónicas. matizar).   


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LEO algunos poemas de Quevedo y de Góngora que pertenecen a sus inicios. En ellos hay reminiscencias del mundo petrarquista: imágenes, símbolos, recursos retóricos. Toda una confabulación juvenil de los autores que perpetúa las formas italianas en sus versos. Sin embargo, el dinamismo interno, el “desgarrón”, es ya evidente, el desafecto que percute tras cada uno de los vocablos que el poema sostiene. Y eso me deja perplejo, pues tenía uno en aprecio estas semanas la solemnidad luisiana de las odas hasta que, de pronto, han irrumpido estos poetas  con sus especulares y fulminantes palabras. 
Estas incertidumbres van confirmando lo que intuía: la poesía es Una y además es disforme. Un poema centrado en la belleza de la mujer o en la naturaleza, en una época  o en otra, quizás la de todos los tiempos, pasados y venideros incluidos, versarán sobre el mismo asunto: el hombre en su complejidad. Y, en esa complejidad, la poesía viene a robarnos la luz y a devolvérnosla, a dejarnos una música o a no ser nada.