domingo, 26 de octubre de 2014

EN EL FONDO, cuando alguien te dice que no deberías hacer eso o aquello te está diciendo que él no sería capaz de hacerlo y que mejor no lo hagas, pues eso mismo detonaría más intranquilidad y dispararía sus incontrolables y mediocres instintos. Y puede que pese más, que influya más, la maldita soberbia y acaso la envidia. Tanto es así que últimamente, en cualquier contexto, necesito y busco la transparencia, más que la transparencia, anhelo y deseo la invisibilidad. Deseo ser invisible y vivir con lo puesto, como suele decirse, con lo puesto quiero decir con lo que me gusta, sin más ni más. 
No soporto la falsedad, ni mucho menos los incoherentes actos de infidelidad a los principios. Decir y hacer los tomo como una misma cosa y no me convencen los que manifiestan, a la ligera, afirmaciones rotundas y, al final, terminan por sucumbir al ruido de la muchedumbre, a la ineludible vanidad.