domingo, 9 de noviembre de 2014

FRIEDRICH vON HANDENBERG, Novalis, parece que tuvo una visión de Sophie en el cementerio de Grüningen. Ese encuentro provocó el arranque de la escritura de Himnos a la noche, pero, sobre todo, una revelación del ser, de lo que los antiguo griegos llamaban aletheia. Ese desvelo de la realidad fue el detonante de las sucesivas entregas artísticas del poeta, por lo que podríamos afirmar que tras una renovación ética prosiguió una estética armonizada con esta misma. las palabras y los pensamientos, la vida y el objeto artístico se funden cuando se produce la armonía del ser. equilibrio, concordancia, sin olvidar el ético de corazón que comparte con este vocablo. Estar en concordancia es estar con el corazón; más aún, con el ritmo del corazón en el mundo. 

La luz hace invisibles los objetos y es en la noche, la noche misma la que conduce al interior profundo y numinoso de uno mismo, a esa anchura desconocida del yo. En cada cual, defendía el poeta, se encontrará el propio origen del universo. Leemos:

La luz tiene fijado su tiempo, pero fuera del tiempo

La intensidad de la lírica de Novalis es inconmensurable. El lector queda, tras la experiencia lectora, traspuesto hacia un no sé qué. Todas las jerarquías de la realidad conocidas se restituyen; la palabra misma se convierte en vehículo de transmisión de una realidad misteriosa e insinuada. Novalis demuestra, como pocos poetas, que la dimensión oculta del mundo puede desvelarse. ¿definirse al completo' me pregunto qué ha sido definido y de qué hablamos cuando sostenemos fieramente la insuficiencia de la palabra.