jueves, 9 de enero de 2025

La excavación lenta de la sabiduría con Ordine

 RELEYENDO algunas páginas de Nuccio Ordine en Clásicos para la vida sigo escribiendo notas en el cuaderno que me reglaó E. Ella se queda  mirándome cuando escribo, cuando comienzo a escribir justo después de leer; o justo cuando entiendo que una idea expresada puede convertirse en un semillero de ideas posteriores o justo cuando leo un pasaje que hace levantar el rictus de asombro. En esos momentos abro bien el cuaderno negro, agarro el bolígrafo azul y comienzo a escribir: 

"Una escuela que mira al mercado se convierte en mercado"

"Sacrificar a una meta el valor intrínseco de la experiencia misma de la aventura del conocimiento significa empobrecer nuestro trayecto". 

"[...] el saber es el fruto de una fatigosa conquista y de un esfuerzo individual que nadie puede realizar en nuestro lugar".

Pasadas unas páginas, en que no subrayo, ni escribo a lápiz ni actúo de forma alguna recupera Ordine las ideas que Nietzsche dejó en el prólogo de Aurora acerca del arte de leer bien, la Filología y la lectura lenta de los grandes temas. Con el alemán escribimos pensamos que renunciar a la lentitud, a la excavación lenta de la sabiduría horada la búsqueda de la propia libertad. 

miércoles, 8 de enero de 2025

La felicidad paradójica de Lipovetsky

 "SE hojea a Séneca o a Epicuro como se va a ver una película o se hace un viaje, incluso la sabiduría funciona como un producto de salvación de eficacia inmediata. Centrada en la inmediatez y lo emocional, la sabiduría que viene es una sabiduría light en armonía perfecta con el hiperconsumidor experiencial [...]". 

Lee uno a Lipovetsky desde hace años como una puesta en claro de muchos de los ideales. En uno de los párrafos lee uno lo siguiente: 

"La cultura clásica  tenía por finalidad elevar al hombre, las industrias culturales se dedican a distraerle". 


martes, 7 de enero de 2025

Serás memoria y nada (2025)

ME regala mi hija E. un cuaderno con tapas negras. En sus manos el cuaderno resulta delicado y una suerte de cofre encerado de ensueños. Me lo regala y me mira cuando abro el paquete para comprobar qué me provoca un simple cuaderno para escribir a mano. Lanzo un sonrisa a los recovecos del aire y comienzo a escuchar, a lo lejos, el discurso del tiempo, la identidad a la que uno pertenece más allá de sus tentaciones pasajeras, de sus idas y venidas como mortal y rosa. 

Lo abro y escribo, como de costumbre, la fecha del día. Comienzo a buscar un título para el diario del 2025, para el mismo diario que comenzó en 2007, en un verano de aquel año en que todo parecía estar en la virginidad impaciente de la juventud y el ímpetu. Dieciocho años de diario, de escritura de la lectura, de volcar el mapa del espíritu en el metal de la palabra. 

Serás memoria y nada inaugura el diario de 2025. Este año deseo volver al pábulo de la escritura diaria, de la palabra encendida en las lectura, de la estación florida de las música y designios de la belleza.