lunes, 8 de agosto de 2016

La fascinación báquica del sur

AGOSTAR, en vendimia, en el campo de la albariza por el que paseo, consiste en predisponer la tierra al nuevo ciclo. Quizás esta definición, para un experto, se escapa de su sentido más recto, pero es así cómo el campo seca las hierbas alrededor, la maleza y termina por concentrarse en sí mismo, magro ya de todo proceso, para el nuevo idilio con el resurgimiento. 

Una suerte de Tierra Baldía como T.S.Eliot en la que comienzan a sucederse las mismas transformaciones de naturaleza, pero desde la renovación. La circularidad de naturaleza es una evidencia de que el tiempo del mortal es una excepción en esta realidad. Nuestro lineal paso es tan solo una sombra figurada de lo que somos. Por eso observo el campo, lo contemplo, en todas sus estaciones, sus edades para tratar de verme reflejado en sus eventuales tierras yermas que serán, de nuevo en su ciclo, viveza y vid, fascinación báquica del sur.