sábado, 6 de mayo de 2017

Toda mi alma, amor, por ti es consciencia.

CASI a punto de cumplirse diez años de Trópico de la Mancha de continuo, sin cesantías, sin interrupciones, sin corchetes temporales, sin cesiones al olvido y demás, sigo escribiendo en esta volandera hoja con más freza que entonces, acaso con más decisión y equilibrio.
Han cambiado muchas de cosas desde la primera vez que comencé a someterme al dictado del diario, al gozoso placer de enfrentarse como un gimnasta a la escritura diaria. Ello me ha dado muchas evidencias de lo inalcanzable, también de lo paupérrimo (que es lo que prima).
No es esta ya ninguna moda como pudiera entenderse hace años; la mayoría de los "modernos" ya no están; los que habían llegado como consecuencia de la vida siguen latentes y en la transformación natural de las cosas.
Como este mismo diario: transformación y permanencia son sus constantes. Ya no escribo a diario tomando la aritmética del calendario, sino que vivo el diario hasta que comienzo a escribir en él. Los días ya no significan una estación cerrada, sino un umbral de comienzo; la noche no es el momento final de la escritura, es el inicio más protuberante y exótico.

Y he tomado un verso de J.R.J. que puede resumir a las claras esto mismo que siente uno después de estar en la edificación de una obra, -pequeña, recoleta, almibarada-, que ya contiene diez años de itinerarios. Caminos que reciben los siguientes nombres:

ESCRIBIR LA LECTURA (2008-2009)

ARS VIVENDI (2010)

LAS CONTEMPLACIONES (2011)

ALMA REGIÓN LUCIENTE (2012)

MURMULLO DE LA TRANSPARENCIA (2013)

RITO DE SILENCIO (2014)

SER ALGO EN NADA (2015)


CUESTIÓN DE DESNUDEZ (2016)

AL PASO DE LA EDAD (2017)


El verso de J.R.J. es el que titula este texto: "Toda mi alma, amor, por ti es consciencia", porque si algo he tomado tras los ejercicios de lectura, vida y pensamiento es consciencia (limitada, siempre, sí) del dictado del alma. Un sonido profundo tañido por la verdad que nos habita y por el origen que buscamos cuando dejamos de ser en nosotros leve vanidad y nos mostramos como río transparente, como verdad imbuida en los símbolos de la humanidad.