jueves, 10 de abril de 2014

BUSCA, busca, busca...

Fascinado con la lectura de Unamuno, Cómo se hace una novela la estoy leyendo como una novela contemporánea; me he posicionado como lector de este tiempo y he querido pensar que Unamuno realizó un artilugio textual y literario con pretensiones metaficcionales tal y como aprendió, y tan soveranamente, de Cervantes. Así que leo el libro como si fuera una novela en puridad. Fascinación por ella es lo que siento a poco que avanzo entre sus párrafos, expresiones, disquisiciones, poemas, sentencias, reflexiones, apuntes al natural de su vida vivida.  

El lector es creador en la medida en que se posiciona con el texto, nunca frente al texto. Ser al tiempo de las palabras que está leyendo pero aportando las dimensiones del género, de las convenciones, de la historia propia de la lectura. Cada lector posee una historia de la lectura personal y cada uno puede convertir el texto literario en diferentes sucedáneos de lo literario. Cada lector comienza el mundo en cada lectura, cada texto comienza a ser en cada lector. El lector se transforma y permanece en los términos, aporta, en su mente, con su memoria, toda la carga personal y la significación al texto literario.