domingo, 30 de agosto de 2009

Sobre estos campos
el horizonte es solo una promesa
de pájaros cruzados.
Una luz los invade
marcando un sendero entre sus grietas:
son lomas los deseos de esta tarde.

Como el destello de la vid
que redime su caldo entre las viñas,
como el saliente claro de un deseo
que confisca la estancia de los días,
como el verdeo en la mañana
que tañe entre la tierra
las profundas raíces que vienen delirando
con el canto secreto de los círculos,
las palabras revisten el sonido
de antiguas profecías de los hombres.
Es el oscuro hueco de la nada.

¿Qué música ternaria te proclama,
qué incipiente desasosiego
te desgaja del ritmo de la noche?

2 comentarios:

  1. Tomás, cuando se lee algo tan bello uno no puede por menos que desear haberlo escrito.Bravo y gracias por compartirlo.

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