El pasado jueves, día 11 de octubre, tuvimos la oportunidad de escuchar en Sevilla al todopoderoso de los rostros, los corazones y las almas, esto es, Javier Marías. El encuentro estuvo jalonado por la presentación de la tercera parte, Veneno y sombra y adiós, de su última novela, Tu rostro mañana. Tras la presentación de Fernando Iwasaki -atinada, en concierto con la obra y arrojadora de luz-, tomó la palabra el propio Marías (he obviado las palabras liminares del decano de la Facultad de Filología por torpes, incongruentes y repetitivas). Confirmó Javier Marías ese don para dejar ebrios de verbo a los escuchantes; su modulación, sus periodos sintácticos, su selección léxica es de una precisión apabullante; tal así su capacidad natural de fabular al mismo tiempo sobre varios asuntos y envolverlos todos en la extrañeza del azar. En la foto aparece la sombra de Javier Marías, el veneno aflamencado de Iwasaki y el adiós de mi rostro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Siempre hay algo que decir,deja tu comentario(s)