
A pesar de la mirada sesgada que mantiene Gibson en todas sus obras, identificada plenamente con las causas republicana y comunista, las obras sobre Lorca, Vida, pasión y muerte de Federico García Lorca (1989), y sobre Antonio Machado, Ligero de equipaje. La vida de Antonio Machado (2006), son fundamentales para comprender la dimensión de la obra y de la vida de ambos poetas. La labor de documentación que desarrolla Gibson es metódica y ejemplar, así como las interpretaciones que realiza al calor de los versos más emblemáticos.
Cuatro poetas en guerra. A. Machado, Juan Ramón Jiménez, F. García Lorca y Miguel Hernández (Planeta, 2007), sigue la estela de los libros anteriores, aunque ahora el nuevo libro queda cohesionado mediante el análisis de las figuras de cuatro de los grandes poetas del pasado siglo en nuestra lengua. A través de sus vidas y de sus versos traza Gibson una obra escrita con entusiasmo y tino. Ofrecen sus páginas brillantes interpretaciones sobre versos que han pasado por las manos de la crítica más rancia, opiniones esclarecedoras de sus pareceres que se publicaron en la prensa de la época, cartas y epistolarios con poetas exiliados y de otros lenguas, las opiniones de los dirigentes políticos sobre el quehacer de los literatos, etc. Un ensayo que viene a matizar, en buena medida, muchas de las características fosilizadas ya en los libros de texto. Y, por sobre todo, a constatar que los poetas señalados mantuvieron un compromiso vital con las circunstancias que golpeaban sus vidas.
En este sentido, quiero destacar el capítulo dedicado a J. R. Jiménez, quizás, en principio, el poeta menos comprometido con causa alguna. Sin embargo, Gibson ejecuta un minucioso acercamiento, en pocas páginas, a la postura que mantuvo hasta su muerte el poeta moguereño. Sus declaraciones a la prensa, sus cartas con Corpus Bargas e incluso su decisiva presencia en tierras hispanoamericanas son recogidas por el autor de este ensayo que recomiendo a todos aquellos que quieran deleitarse con una nueva imagen de poetas demasiado cargados de tópicos que se repiten como un bucle infinito.
La caja de langostinos la traeré para nosotros; ¡Larinsky va mucho a Bajo de Guía, demasiadas veces! Por supuesto, la acompañaremos con un buen trago de Manzanilla, de toneles gordos, de esa que su aroma levanta trincheras en los sentidos, de puro contento.Salud, Rafael.
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