lunes, 3 de diciembre de 2012

SIENTO un enorme desapego a todo. Es un sentir que me ha acompañado toda la vida. Siento un desapego tremendo por todo lo que rodea a la literatura, por todo lo sobrante. Este desasoiego se vuelve interno y recorre todo la memoria de la vida. Ante ella, solo encuentro dos posturas: la soledad y el silencio.

Son dos ofrendas en reconocimiento de la naturaleza cuando se vuelve palabra. Una pequeña dádiva de un minúsculo hombre. Encuento más verdad en una vocal de E. que un poema de la mayoría de poetas vivos. ¡Qué prodigioso el balbuceo! E. entona el origen: el caos, la verdad, el sonido que busca su referente, la naturaleza vertida desde su piel.