Lectura y cultura

 En la lectura halla el individuo un asidero, una raíz nutricia que provoca que sus actos testimonien el afán ético de ser en el mundo. La falta de cultura, de lectura, en estos tiempos, evidencia, además, un vacío y una urgente defensa del legado que poseemos y que desdeñamos.

Andalucía

 Nazarí el cielo de Granada, la templanza latina de Málaga; la luz atlántica y vetusta de Cádiz;de Huelva el verde sempiterno en la marisma; atardecer en Córdoba romana y morisca; cerros untuosos de Jaén aritmética; de Almería el suelo astral de su tierra; Sevilla, azahar y dios.

Virtualidades

 Sucede una curiosidad que se hace peligrosa, por engañifa: docentes que en sus centros de trabajo pasan inadvertidos o que ellos mismos no se involucran en la vida propia de la institución pero en el ambiente virtual muestran la galería de actuaciones y vanidades a cada paso.

Cultura heredada

En una democracia, la justicia y la libertad se condenan y se defienden, se edifican y se confrontan con la palabra en el seno del diálogo. Todo lo demás, -incluidos los que jalean y asienten-, está fuera de la democracia y la palabra, de la cultura heredada de antiguo.

Leer y el individuo

 Leer no es un acto mecánico para el espíritu, para el individuo; es acaso el ejercicio mayor para su vida.

Labrada la luz

 Labrada la luz

quedarás

en contemplación.

Contiene la mañana

 Contiene la mañana con la lluvia

un lento meditar hacia lo incierto

y en el alba una música secreta

enraizada de luz tornando al cielo.

[...]

Schelling, palabras a la noche.

"Durante los instantes de la contemplación, el tiempo y el instante de duración desaparecenpara nosotros: no somos nosotros los que estamos sumergidos en el tiempo, sino que es el tiempo, más aún, la pura eternidad absoluta, la que está en nosotros. No somos nosotros los que estamos perdidos en la contemplación del mundo objetivo, sino que es él, el que está perdido en nuestra contemplación", afirma Schelling. 

Lentitud de la palabra

 La lentitud de la palabra es el solsticio de lo mortal.

Latir de agua

 Te imagino hoy, mar, fábula mía, orillando Doñana, tan calmo y entregado a la espesura que deseo tus aguas en mansedumbre y tu discurso de cielos y corazones armoniosos, tu propio latir de agua en concordia con todo, tan en ti, en el ser de tu pasaje.

Calmado en su humedad el campo

 Hoy el campo, verde intrépido, calmado en su humedad-, refleja el gris del mar en sus raíces.

Ser en el decir

 En la manera de decir va la forma de ser.