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domingo, 3 de julio de 2022

MARTIN CODAX, Hesse y Blas de Otero

CON la edición de Moleiro por delante, leo en voz alta las cantigas de Martín Codax. M., de reojo, trata de prestar atención mientras el ruido de la calle se adentra en la casa. Esperamos, con el tácito asentimiento del silencio, que acabe; y vuelvo a retomar la entoncación y la lectura. Estos versos nos retrotaen veinte años atrás, a la época de la Universidad, en Sevilla, cuando la Filología era la pasión única para los dos.  

Al poco, escuhamos la grabación que se añade con la edición del manuscrito Vindel que me regalaron por mi estancia en Lebrija. La escuchamos con un silencio pasmoso, cargado de simbolismo y prematuro entendimiento de la belleza que desprende todo: la edición, el texto, la música. Por unos instantes, pensamos que recorríamos la vida fuera del tiempo, fuera de todo lugar, sólo ubicados en el tremendo crujir de los años que hemos convivido hasta ahora. 

***

En los veranos mantengo ciertas manías: escuchar a Falla y leer, antes de dormir, a Hesse. Con Hesse, en Lecturas para minutos

"En el arte vale lo atemporal, no la moda". 

Con esa cifra verbal de la interpretación del arte, trato de recordar la música monotonal con la que se leían los poemas de finales del XIII: en su naturalidad y sencillez radican la grandeza de su perviviencia. Puede que se esté cumpliendo lo que afirma el propio Hesse páginas después: 

"En toda la historia de la humanidad nada hay más interesante -en realidad es lo único importante- que el proceso de sublimación. La capacidad del hombre, a veces, para poner sus instintos al servicio de objetivos supraegoístas, espirituales, religiosos, culturales [...] 

***
Ya en la mañana del domingo agarro el volumen de la Obra completa de Blas de Otero (Barcelona, Galaxia Gutenberg, 2013, edición de Sabina de la Cruz). Abro las páginas finales, espacio reservado para poemas inéditos, prosas dispersas, pero también una nutricia recopilación de declaraciones y entrevistas. En una de ellas, le pregunta a Blas de Otero: 
-"¿No le interesan los poetas de hoy?
-"Me interesan los que son realmente de hoy".

Me acuerdo ahora de que hace poco estuve hablando cn un compañero de trabajo sobre el olvido en que está cayendo Antonio Machado toda vez que no le encuentran como símbolo de ninguna de las ideas extremas que se dan en nuestra política actual. El azar me lleva a leer esta mañana la siguiente pregunta a Blas de Otero: 

-"¿Y Machado?¿ ¿Cuál es su influencia sobre usted? ¿Qué hay en usted de Machado?"
 -"Es la figura más importante del siglo XX español...Machado renuncia a la retórica, sobre todo en sus último escritos: los más significativos, los más bellos, los que más enseñan. Pero, debido a la s circunstancias especiales de España, que impiden su difusión, son muy poco conocidos. [...]". 
La conversación con Hubert Juin se cierra dialogando sobre la posición del poeta sobre España. ("Conversaciones con Blas de Otero", Les Lettres Françaises, París, 12 de marzo de 1959, pp.1 y 3.). 

Biografía

Libros
reunidos, palabra
de honor,
sílaba
hilada letra a letra,
ritmo
mordido,
nudo 
de mis días
sobre la tierra, relámpago
atravesando el corazón de España. 

Que trata de España (1960-64) 


Este poema de Blas de Otero, sustantivo todo, sin acciones ni predicamentos, lo voy recitando, entre dientes, mientras voy acabando de escribir este texto del diario de 2022 que he vuelto a retomar después de unos meses demasiados emotivos para trasladar aquí lo que la vida, realmente, desprende a su paso por mis días.  


Tiempo y número

 Sometida a tiempo y a número,

la mañana oculta la conjura de la luz.

domingo, 9 de enero de 2022

La mañana en la costa de Balbec leyendo a Hesse y a Pessoa

"EL arte vale lo atemporal, no la moda", afirma H. Hesse en Lecturas para minutos y ese enunciado lo tiene uno como diapasón cada vez que se sienta a escribir, a tratar de ejercer de minúsculo demiurgo que se piensa pleno y dador de realidades literarias. 

Diarios de Pessoa, 1914: "Mi peor dolor es que no consigo olvidar nunca mi presencia metafisica en la vida. De ahí la timidez trascendental que atemoriza todoss mis gestos, que quita a todas mis frases del espíritu de la sencillez, de la emoción directa".


[...] Si no soy yo mismo en mi propia epopeya, habré vivido en vano. Si no hay en cada uno de mis versos un acento de eternidad, habré malgastado el tiempo de los dioses en mí".

***

Decía Herman Hesse en Lecturas para minutos: "Lo que permanece es el modelo no la copia" y "Las creaciones de valor en la vida artística tienen siempre por base la utilización del pasado y una recuoeración de valores antiguos olvidados".

Es más, seguimos leyendo con deleite lo que afirma Hesse líneas después:

"Todo lo bueno que podemos mostrar en arte y literatura no es fruto de una venal capacidad de adaptación y de feliz instinto de actualidad, sino del carácter y la necesidad, casi siempre a contrapelo y en guerra con la época y con sus exigencias niveladoras".

sábado, 8 de enero de 2022

El campo y la soledad con Muñoz Rojas, Octavio Paz y Tolstói.

 Labranza del espíritu, ejercicio de la razón humana, lentitud en los actos, silencio nutricio y amor en todo. Frente al bullicio y el ruido la armonía interna de estar en el mundo; ante la falta de diálogo, la palabra edificante y el entendimiento enraizado en las convicciones.

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A poco que sucede la vida todo es ya memoria del olvido.

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En "El corazón y el campo", de Las cosas del campo, de Muñoz Rojas:<<Enero es bellísimoVa abriendo día a día, surco a surco, secretos del campo. El campo es una inmensa caja de secretos. [...] Y el sonar del campo, del río, entre estas riberas de cielo hermosísimas, deja un largo eco, una llamada eterna a la belleza>>.


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En la noche, con O. Paz, El laberinto de la soledad: "Nuestra soledad tiene las mismas raíces que el sentimiento religioso. Es una orfandad, una oscura consciencia de que hemos sido arrancados del Todo y una ardiente búsqueda: tentaiva por establecer los lazos que nos unían a la creación".

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De nuevo, con Tolstói, en El camino de la vida , halla uno algunos párrafos prístinos y cristalinos: "Sólo hay una forma: no consagrar la vida a lo pasajero, sino a lo que no muere y no puede morir, al espíritu que vive en el hombre".



viernes, 7 de enero de 2022

Lo antiguo no está de moda; soy un antiguo, verbigracia.

UNA de las caracaterísticas de la vida actual es la insatisfacción personal. Esa circunstancia llega porque las vidas no se hacen desde uno sino que se vuelcan, -como galerías y escenarios-, a los demás. El personal ha decidido que sus vidas no les pertenece, antes al contrario, la entregan al juicio y el clamor de los demás. 

Se hace difícil encontrar a alguien que haya horadado unos principios en su vida bien tensados y dispuestos en su entendimiento. Más aún, en nombre de ideales modernos vacíos y recalcitrantes se denuncian a los que mantienen una creencia, un hábito, una forma de vida que se vincule con antaño.

Lo antiguo no está de moda. Porque la suprema forma de vida está en la más lábil de las modas. Y esto, a poco que uno haya leído algo, haya estudiado el devenir de nuestra historia, haya tenido cierto acercamiento a la cultura, verá que no es nuevo y que, precisamente, el cedazo que se ha mantenido a lo largo del tiempo ha estado en la resistencia, en la soledad personal, en la creencia única y palpitante del corazón de un individuo. 

La historia de la humanidad, aun siendo la historia de una comunidad, ha sido edificada por la voluntad de individudos a solas. Los grandes momentos, con Zweig, han sido tránsitos del espíritu y la razón de una generalidad, la humanidad, en un solo hombre. 

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La mayoría es quien aprueba la vida de los demás y en eso consiste su satisfacción plena: la alabanza huera, la vanagloria, recibir la homologación del resto. Así, para obtener esa peligroso juicio hay que hacer precisamente lo que todos esperan: leer los libros, ver las series, viajar a donde, hablar como, comer como todos lo hacen , como todos entienden que hay que hacerlo.  

El corifeo general, sin identidad, sin juicio, sin recorrido moral, sin benevolencia enjuicia a los demás. Y el que sea débil de convicciones personales, el que no posea la firmeza ética de su propia vida, aun siendo errante o movediza, sucumbe al hechizo final de la mansedumbre, porque es eso lo que desean los otros, que nadie destaque, que nadie tenga en su mollera otras ideas que jamás llegarán a entender. Si yo no lo entiendo, si esa es mi opinión, no quiero saber nada más que lo que sucede en mi corto entendimiento, dicen las voces sin rostro. 

 De un tiempo a esta parte, me resulta muy peligroso la incapacidad para el diálogo con una mayoría. A poco que uno desliza una observación sobre cualquier suceso de la realidad el otro trata de buscar el cajón mental en que meterte: cuando lo hace ahí culmina todo el diálogo, lo demás, es mero absurdo. Ya no se construye nada entre los dos, se evapora la capacidad de la palabra y el diálogo (dia-logos, dos logos) para enaltecer el oder de la palabra y el pensamiento. Todo acaba en cuanto uno manifiesta una postura contraria, dispar, separada, con matices a lo establecido. Incluso esto se lleva al ámbito laboral, a las distintas formas de desarrollar nuestra labor social. Se establecen bandos entre los que creen una cosa y os que manifiestan otra; se hacen juicios sobre los demás, tidándolos de arcaicos o de modernos, incluso a los que desarrollan la misma profesión que uno. Si no piensa y hace lo que yo pienso y hago me veo con el poderío de denunciar en público su posición y diferencia y la desprecio y la desprestigio en nombre de la posverdad personal.  

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Leer es un acto revolucionario: se hace en silencio frente al bullicio de las redes sociales; se hace en solitario frente a la necesidad urgente de contar hasta lo que merendamos; se hace de forma paulatina frente  la urgencia de los mensajes audiovisuale; se necesita tiempo, su fruto se alcanza pasado un tiempo en nosotros, frente a la inmediatez, la puesta en práctica de la vida actual para todo, si no es útil de inmediato no vale. 

jueves, 6 de enero de 2022

El amor principal

 "Cuando hayas comprendido que la tarea principal en la vida es el amor, entonces al entablar una relación con un ser humano, no pensarás en qué y cómo podría serte útil [...] sino en qué y cómo puedes serle útil tú a ella", Tolstói, El camino de la vida.

miércoles, 5 de enero de 2022

Muñoz Rojas y la cabalgada al dulce son. Café con Toltói.

Hay todavía quien piensa que las palabras son sonidos que pasan en la vida sin más ni más; tan solo hay que echar un ojo al ámbito judicial, al educativo, al político, al familiar para caer en la cuenta de que una palabra puede cambiar el devenir de una vida, de una sociedad.

 Dada su trascendencia, desde la alcoba a las conciencias sociales, hay que saber respetar y amar esa lengua. Para respetarla hay que conocerla, escribirla adecuadamente, velar por su identidad; para amarla, tener la consciencia de que somos en nuestras palabras, solo eso, y todo.

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Termino de releer Ardiente jinete (1931), del poeta José Antonio Muñoz Rojas. Desde ayer, varios versos siguen aletargados en la memoria, y van y vienen a la boca. Libro de juventud dice el autor del libro que toma a Garcilaso para su montura inicial en el título. Versos de tanteo, de búsqueda de una esencia, de una voz poética pero que desprenden ya una verdad lírica, la de un poeta.

Llegamos así a Al dulce son de Dios (1936-1945), título tomado de un verso de Francisco de Aldana. El libro de nuestro antequerano comienza así:

"Qué hermosos nacer para esto que nacemos!"

[...]

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En un libro cada vez más imprescindible, El camino de la vida (Acantilado, Selma Ancira), puede ser uno todos los lectores. El esceptico, el ególatra, el humilde, el trascendente, el cristiano, el agnóstico, el poeta, el padre. Uno y todo a cada paso, a cada página, a la luz del pensamiento y de la vida que se despliegan en estas páginas.

"Toda verdad, expresada mediante palabras, es una fuerza de efecto infinito".

Y cerramos la mañana con otras frase del libro:

"Aunque la vida no esté en armonía con la verdad, es mejor reconocer la verdad que ocultarla: con la verdad podemos cambiar nuestra vida; a la verdad no podemos ca,biarla de ninguna manera, ella continuará siendo como es, y no dejará de desenmascararnos".



martes, 4 de enero de 2022

El anuncio del alba

 El verbo escribir, como soñar, no admite el presente.

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Estoy aquí y estoy en la ausencia.

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La mañana siempre anuncia la verdad del alba pero nos empeñamos en observarnos el falso testimonio de nuestra existencia.

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Quintaesenciado el mar es con la lluvia un solo cielo.

lunes, 3 de enero de 2022

A su justa levedad

 A su justa levedad nos conduce el tiempo, secuencia del ser y la nada que somos.

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Cae la tarde en el sueño de la noche y con ella la trama de la luz, -dorado pálpito del ser en ti-, sin ser nada en la plenitud de tu todo.





domingo, 2 de enero de 2022

Unamuno, "Diario íntimo"

AGARRO el breve volumen de Unamuno, Diario íntimo (Alianza,2006). releo los subrayados, las anotaciones al margen que hice en el momento que leí, por vez primera, los fragmentos de este breviario sentimental. No son pocas las veces que me identifico con don Miguel, en las creencias, en los probelmas de diario, en la manifestación de que todo sucede en na suerte de desconcierto que debemos vivir. Vivir y no morir sin más, arrancar del rocío de la gracia diaria las manifestaciones de la levedad y lo que somos. Aunque seamos ínfimos, aunque aspiremos a la nada, todo sucede en el cedaz marfil de nuestra inocente existencia. Subrayados que vuelvo a subrayar: 

Con Unamuno, <<Diario íntimo>>, cuaderno 1: "Hay que buscar la verdad y no la razón de las cosas, y la verdad se busca con humildad". 

Con Unamuno, <<Diario íntimo>>, cuaderno 3: "Es el problema del conocimiento, de la correspondencia entre lo objetivo y lo subjetivo, entre lo representado y la representación".

Con Unamuno, <<Diario íntimo>>, cuaderno 4: "Haciéndonos nada, es decir, haciéndonos a nuestra nada, es como llegaremos a serlo todo, a ser nuestro todo, a ser en cierto sentido dioses".


sábado, 1 de enero de 2022

Canto monódico y Boecio en la mañana.

HOY comienza El pastor en la roca (2022). Como un canto monódico lanzado en una iglesia empieza la mañana. Todo está en suspensión: la claridad, el silencio macerado de los libros, el propio pensamiento. Duermen los demás y el pájaro gambetea en el aire como surco del tiempo. El mar lengüetea la orilla como el confín de la memoria. Las palabras comienzan a brotar cada vez que leemos un pasaje del libro que tenemos entre las manos. El ejercicico es siemple; vivir y parecer que vivimos.  

Como de costumbre, hemos ido a las estanterías para seleccionar algún volumen para que inaugure nuestro día, para que sirva a modo de diapasón para vivir el resto del tiempo con esa clave de vida, con esa posición de entendimiento. 


Hay un autor que me sigue fascinando, Boecio. Lo hace porque su obra es un límite traspasado por la propia obra, las palabras trataban de salvar un derrumbe, una pérdida para siempre pero con una obra y un entendimiento equilibrado, de serenidad, de firmeza aunque con el sustento de la verdad, de una verdad, la suya. 

Boecio perdió el favor y el reconocimiento de Teodorico; en el 520, junto a otros senadores, fue enviado a Constatinopla para tratar el entendimiento entre Justino I y Teodorico. Al poco, fueron acusados de favorecer  favorecer al emperador y, finalmente , declarados traidores (entre otras cuestiones, como mago o sacrílego, por ejemplo). La verdad, los detalles, lo que sucedió realmente en todo este proceso puede que no lo conozcamos jamás. Teología, política, en una época realmente compleja y difícil, en la que un escritor, un estudioso como él, entró en un terreno movedizo en que las ideas y las personas no siempre son puras y leales. No era político, quizás no buscara fama ni reconocimiento algunos pero accedió al mundo de la inmoralidad.

Poco tiempo después quedó arrestado y fue condenado severamente ya que lo enviaron al exilio, a un exilio cuyo fin era la ejecución. A partir de este momento escribe Consolación de la Filosofía y nace la maravilla del arte, del arte que resulta fuera de todo tiempo, que no se sujeta en sus modas y eventos pasajeros sino en la fuerza cenital de la condición humana. Este tremendo varapalo para Boecio, el del exilio, queda reflejado en los dos primeros libros de Consolación:

"Yo, que en otro tiempo, con juvenil ardor

compuse inspirados versos,

me veo ahora, ¡Ay de mí!, obligado a entonar

tristes canciones"

[...]

Ya en prisión, anciano, con el solo poder de la memoria y la búsqueda final de la verdad que rige la fuerza de la vida, confirman su sentencia de muerte. Fue apaleado en prisión, en Pavía, sobre el año 524 o 525 o 526. Justo en los días en que esperaba su ejecución, en que sabía que iba a morir, escribió  Consolación de la Filosofía

A esta se le dio, y se le sigue dando, un sesgo demasiado religioso, es más, llegó a ser considerado mártir de su fe cristiana ortodoxa durante toda la Edad Media. El propio Dante lo incluye en la Divina Comedia, en el Canto X de "El Paraíso" como homanaje a una obra y a una palabra que trasciende su circunstancia y que halla el sendero y el fin de la condición humana. 

***

¿Cómo recordaba Boecio las citas de Catulo, Juvenal o Menandro? ¿Pudo visitar su biblioteca mientras estaba preso; poseía una memoria privilegiada como la del propio Zweig siglos más tardes o como el propio Tomás Moro? No hay evidencias de que pudiera hacer uso de sus libros; sea cual sea la solución es evidente que la lectura y la memoria eran dos meandros que confluyeron en la consciencia de Boecio. 

La obra es una defensa sosegada, ponderada de lo justo, de la libertad frente a la injusticia y la barbarie. Hay una concilaición perfecta entre pensamiento y filosofía. Es una historia íntima, personal, que se expande a cualuier otro lector de otra época; funde el mundo grecolatino con los elementos cristianos que parecen diluidos en esta obra de orden filosófica; no está citado el Evangelio, ni la Biblia pero laten en cada sílaba, en cada fraseo;  usa un género literario antiguo, la consolatio pero termina por aglutinar una diversidad de géneros notables; no sabemos si es la prosa y el verso o la combinación de las dos formas, como hace luego Dante en Vita Nuova...

La obra que siempre me lleva un nuevo diálogo entre la libertad humana y la presencia de dios, me precipita a pensar en poder hallar en el reducto invisible y personal del alma el amor y la gracia de dios.