Ireneo Funes

 Con Ireneo Funes, el memorioso, creó Borges un arquetipo no solo para la ficción sino como realidad profética para nuestros días.

Somos apóstrofes del tiempo

 El ritmo en la palabra es una forma de hacer presente el tiempo.

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Toda vida no será más que su relato.

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Escribir sin leer es como vivir sin ser.

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El diario es la acción de la elipsis.

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Hoy pienso en el caos armónico.

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No somos más que apóstrofes del tiempo.

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"El exceso de información hace que se atrofie el pensamiento. La capacidad analítica consiste en prescindir,[...], de todo lo que no pertenece esencialmente a la cosa. En definitiva, la capacidad de distinguir lo esencial de lo no esencial". <<En el enjambre>>, Byung-Chul Han.

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En el suceso de tu yo ocurre el olvido.

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Hay pasajes de "Memorabilia", de Juan Gil-Albert, bellos y sustanciosos como este: <<Porque parecían comunicarme con un tiempo inmemorial en el que las cosas pasan lentamente, pero sin agotarse nunca, tiempo que más que una repetición es como el curso de una permanencia>>.

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Volverlo todo una lentitud y una permanencia; arrebatarle al tiempo el surco de su paso; inclinar la memoria hacia una espiral de sucesos infinitos: vivir y ser en la misma aparición.

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Noches con Marco Aurelio

 En las noches, Marco Aurelio:«Nada viene de la nada, como tampoco nada desemboca en lo que no es». L.IV. En diálogo con Parménides, con el axioma «ex nihilo nil fit», con Heidegger a la postre y en debate con Kant.

Las palabras conducen al confín del pensamiento y a la inversa.

Somos hacia uno mismo

 Somos hacia uno mismo tan solo una arista de lo que somos a ojos del mundo.

En el lento acontecer

 En el lento acontecer del mediodía en el sur, la prosa de Proust se alza como un sendero de luces y una danza de la palabra para el ser.

Gustar y emocionar, Lipovetsky

 «Si no se dispone de saberes de base y de una formación con rigor intelectual, estar sumido en una profusión de datos caóticos, no jerarquizados, produce más dispersión que reflexión, más desorientación que comprensión en profundidad», G. Lipovetsky, "Gustar y emocionar" (2020)

La literatura se vive

 La literatura se vive, -sangre coronaria-, como lector y como escritor. Además, va en ese orden, la condición de lector es necesaria y natural al escritor. Todo lo demás es bagatela moderna, semillero del día, evento de sociedad, vanagloria del individuo, sucedáneos de arte.

Tontunas sociales

 Aceptaremos la tontuna social de los dirigentes incluso en el semillero más esencial para los individuos,la educación académica, por el reparo a manifestar ideas y confrontarlas; para que exista diálogo, en efecto, deben existir dos "logos" no una imposición y supremacía de suyo.

Vacua sociedad

 La sociedad del vacuo discurso necesita más que nunca una vuelta al Humanismo en la escuela, al semillero prístino de la palabra en que todo es aprendizaje, diálogo; ser y estar como sístole y diástole de la vida. Y en esa estación lo primero es cada individuo, cada uno en sí.

Lector oculto

 El lector que alardea de su lectura a las pocas páginas del libro que está entre sus manos delata su falta de condición de lector.

Cultura y sociedad

 El nivel de cultura en esta sociedad va recorriendo ya meandros muy peligrosos, estamos en la estulticia endémica en que la mejor opción es recluirse sin más ni más en la lectura, la música, el arte y la naturaleza.