lunes, 6 de enero de 2020

Cátedra de los muertos, con Quevedo y Marco Aurelio.

SEGUIMOS el itinerario de lecturas en este La vida al día (2020) para el año con la relectura de Marco Aurelio, Meditaciones,-(en traducción de Ramón Bach Pellicer para Gredos)-,  pues no encuentro otro texto mejor para comenzar estos meses que el del filósofo que te propone la mayor templanza y el mayor equilibrio ante los vaivenes de la vida. Leemos lo siguiente en el Libro VI, 11: 

"Siempre que te veas obligado por las circunstancias como a sentirte confuso, retorna a ti mismo rápidamente y no te desvíes fuera de tu ritmo más de lo necesario. Pues serás bastante más dueño de la armonía gracias a tu continuo retornar a la misma".

Y así he actuado de un tiempo a esta parte,  quizás desde siempre, acudo al centro en el que nunca he sentido confusión, al centro indudable, puede que al centro de uno mismo o a la búsqueda de ese centro. Porque siempre he concebido que es inane el que un hombre no responda, a cada momento, al fulgor de su espíritu. Esto mismo lo clarifica el propio Marco Aurelio cuando afirma en Libro Vi, 29:

"Es vergonzoso que, en el transcurso de una vida en la que tu cuerpo no desfallece, en este desfallezca primeramente tu alma".

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La poesía es el discurso del tiempo en la memoria de los hombres.

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Puede que el perfil de lo humano no se halle en mejor forma que en la literatura.

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Así lo escribe Quevedo en el romance "Funeral a los huesos de una fortaleza que gritan mudos desengaños". Prodigioso es ya que en el formato de un romance aborde temas de honda reflexión, que ajuste la sencillez sintáctica a la reflexión profunda que plantea. sin embargo, nos embelesa, cada vez más, los poemas que Quevedo dedicó a las ruinas, ya humanas ya de construcción. El tópico no es nuevo en el mundo poético, ni en el suyo ni en el actual, pero sí el estilo de vincularlo, además, con el diálogo fructífero con los muertos, ora en forma de libros ora en forma de semblanzas. La lectura, los libros, para este autor, como estigmas de su paso por la vida.