Hoy he releído los cuentos de Borges como si todos ellos fueran capítulos sueltos de una novela. Así lo creo. Borges tenía escrita una novela, una obra de enormes dimensiones en la que cada capítulo era un ajuste de cuentas con la tradición argentina y con la tradición europea que él había leído y que tan bien asimiló. No tengo la menor duda de que Borges empeñó varios años -algo así como los años perdidos de Jesús- en la redacción de esa magna eyaculación literaria que era su vida. Noveló su vida, que en definitiva eran los libros, pero al término de la escritura se dio cuenta de que todo cabía en un resumen, que la síntesis era la perfecta semblanza de todos sus renglones. De esta manera comenzó a reducir cada capítulo en una especie de macroestructura que los sostiene, un laberinto que no deja vislumbrar las dimensiones reales del trabajo: el tiempo circular, la novela policíaca, la literatura gauchesca, la filosofía de Shopenhauer, el sujeto moderno, los libros, las sagas, acaso la eternidad. “Ignoro los detalles de su aventura; cuando me sean revelados he de rectificar y ampliar estas páginas. Por ahora, este resumen puede ser útil”, escribe al inicio de "El muerto", en El Aleph. Por más que lo interpretemos como un recurso narrativo, considero que este cuento pertenece a una larga narración, una narración de la que no tenemos conocimiento; sólo podemos reconstruirla gracias a la imaginación y a la sospecha. Por eso Borges nos desdibuja el resto, nos lo anula como lectores. Sólo aspiramos a ser un personaje de sus narraciones, un muerto, como Otálora, que adivina al final de sus días que Bandeira es “una tosca divinidad”.
Creo que Borges quiso narrar la eternidad. Prefirió aglutinarla con la descripción del aleph y secuenció los porcentajes de finitud que nos resume en cada uno de sus cuentos. Por supuesto, cuando lo leemos, la tosca divinidad que traza nuestros pasos, es el propio Borges.
Creo que Borges quiso narrar la eternidad. Prefirió aglutinarla con la descripción del aleph y secuenció los porcentajes de finitud que nos resume en cada uno de sus cuentos. Por supuesto, cuando lo leemos, la tosca divinidad que traza nuestros pasos, es el propio Borges.
Genial idea!, excelente texto!!
ResponderEliminarSoy un borgeano vicioso, y he leido toda su obra y mucho acerca de el, y nunca habia encontrado un planteamiento asi, genial!
Felicitaciones.
F.S.R.Banda, mismo
Santiago de Chile
Muchas gracias, compañero,yo también soy Borgeano en todo lo que puedo.¿Has leído el libro de Alan Pauls "El factor Borges"? Te lo recomiendo porque en él se establece una lectura muy sugerente de la obra del argentino. Salud.
ResponderEliminarHola, me presento. Soy Jose Luis Romero, barcelonés, y acabo de publicar mi primera novela, una novela negra, con tiros y todo, que transcurre en la Barcelona actual. ¡Que miedo!
ResponderEliminarOs dejo (con vuestro permiso) un pequeño extracto y la dirección de mi blog blog.
...En una ciudad tan populosa y cosmopolita como Barcelona en cualquier lugar hay broncas, en cualquier momento se comenten asaltos o te topas con borrachos al volante. Y la noche es otro país con otro idioma, donde predomina la palabra gruesa, el gesto seco y donde campan a sus anchas los pirados que se dedican a incendiar coches y contenedores para divertirse. A esas horas el peligro y la violencia aumentan exponencialmente, sobre todo en el centro. Por algo Las Ramblas se encuentra en el ranking de las diez calles más peligrosas del mundo....
...Otra cosa era el resto de la Plaza y sus aledaños, donde se movía otro tipo de ambiente. Un batiburrillo de gente de la más baja extracción se daba cita también allí. Los bancos públicos y los suelos estaban ocupados por una variopinta hueste antisocial: gente sin patria ni techo, pedigüeños, camellos, borrachos, drogadictos, liendrosos, feos y los más guarros de Barcelona y otras ciudades europeas se congregaban cada noche entorno al sembrado de terrazas más caras de la Barcelona cosmopolita, una milicia que había renunciado al amansamiento impuesto por el sistema y había asumido el extremismo social como forma de vida...
Extractado de SIEMPRE QUISE BAILAR COMO EL NEGRO DE BONEY M...
http://minovelanegra.blogspot.com/
Bienvenido, José Luis y gracias por el comentario.
ResponderEliminarBienvenido, José Luis y gracias por el comentario.
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