LA poesía traslada el corazón a la lengua.
La lengua es un violín dulce que suena a cedro perpetuo.
El cedro es perpetuo por el romance de la noche y el talle del arpa.
El arpa escondida y remota desliza la gravedad del círculo a la vida.
La vida es unidad en ella, destrucción y amor, espada y fin.