4:50 horas, la lluvia ufana de sí.

4:50h. Llueve. Hay un zumbido en el silencio que acompaña el tintineo de la lluvia en la calle. El viento azota el cuerpo entregado de la noche. Leo con sigilo y escribo algo en las guardas con lápiz. Arriba, duermen, los tres. Me dirijo a la puerta. Cuánta levedad ya en mi piel.

"Los conocimientos intelectuales son papel", afirma Hesse en "Lecturas para minutos" y continúa con las siguiente sentencia: "Hay pensamientos y sermones colectivos, pero no hay una poesía colectiva".Y culmina la secuencia la siguiente afirmación: "No es arte original a costa de la comprensibilidad y de la forma clara e inequívoca".

Por ende, "el arte vale lo atemporal, no la moda".

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Leo. Es madrugada. Silencio. Concordia del latido con el aura de la noche. No hay perfiles ni contornos en el ritmo del corazón. Todo es figuración hacia ti; vuelves porque siempre estás presente, siempre has estado en esta geometría de la soledad para darle vida y matriz.

Toda escritura es la construcción de la conciencia humana. Como en el Cratilo de Platón, dar nombre es despertar al espíritu hacia las músicas de los sueños y las fábulas. Por eso mismo, la poesía, el nombre dador y transformado, debe estar escrito desde esa consciencia.