miércoles, 10 de enero de 2018

Bécquer y Quevedo, calas en la noche.

HACÍA tiempo ya que no leía a Bécquer. Para decir la verdad y ser franco, hace unos meses estuve leyendo algunos pasajes de sus relatos. pero su poesía la había dejado desde hace demasiado tiempo. 
He cogido el volumen que compré en Sevilla, en el año 99, y en el que tengo subrayado y glosados casi todos los versos de mis rimas predilectas. De todas, esta: 

Yo soy el invisible
anillo que sujeta
el mundo de la forma
al mundo de la idea.

Con los ecos del mundo clásico, con la intersexualidad semántica de la dimensión cósmica, con la tierra, el mármol y el gusano, leo a Quevedo:

[...]
Tierra te cubre en mí, de tierra hecho;
la conciencia me presta su gusano;
mármol para cubrirte dé mi pecho"
[...]