EL singular incluye los plurales. Para los humanos, la categoría es espacio de anécdotas. El tiempo mortal es un sucedáneo del Tiempo. Y ahora que releo a Anaximandro y a Teofrasto. Lo infinito no tiene principio, ni límites espaciales; no proviene de una causa concreta o de un un punto en algo.
Es y basta; sucede y acontece en coexistencia y sucesión.
Tomado todo esto en una lectura sosegada, cargada de subrayados, reflexiones, vueltas a los mismos párrafos retomo la poesía. Eliot y Dante, de ese círculo no salgo desde hace tiempo, tan solo a Virgilio le concedo ciertos encuentros. Alguna vez a Rilke y a Thomas Mann. Leopardi es el crepúsculo mismo y cada vez más Boecio se ensalza como una encrucijada total y volcánica para entenderlo todo.
Notas, vida, naturaleza, música. todo aunado en un cuaderno que prosigue su curso más allá de quien lo escribe, de ese que jalona las palabras diáfanas y naturales como magnolias.