sábado, 25 de mayo de 2013

HOY mientras paseaba con los amigos de Utrera, M.J. e I., por Sanlúcar, atisbé el Coto de Doñana a lo lejos. Fue una suerte de reminiscencia que tasladó toda la memoria a la infancia. 
Mi infancia es toda de luz y toda de ríos. A lo lejos, lejanamente, pero tan cerca, se mostraba el Coto, la otra banda, como decimos los del lugar. Fue entonces cuando recordé y quise susurrarle a E. en el oído unas palabras de H. Hesse: 

 "Lo que poseemos no se deja ver y apenas tenemos conciencia de ello". 
 
Uno de esos momentos de conciencia se ejecutó esta tarde. Estaba entre amigos, con M.C. y E. ¿Sería la armonía del Uno con su figura de bruma?