lunes, 14 de julio de 2014

AQUÍ, en Capri, el atardecer se llena de tules y de esencias marinas. Arrinconado de todo, recuerdo al poeta, a Rilke, ensimismado por estas laderas que caen hasta el fondo mismo del azul del mar, de la intensa transparencia. Es una suficiencia todo esto, lo que contemplan mis ojos y mi espíritu.