AFIRMABA Unamuno que toda novela verdaderamente original es siempre autobiográfica. Y en este aserto se encierran un dechado de claves literarias que me resultan atractivas y muy sugerentes. A saber: vida y literatura, verdad y ficción, originalidad y verosimilitud, novela y relato y, claro está, como la vida se debe permutar en literatura para el escritor. Esto último que escribo se produce gracias al ejercicio de la lectura, no de la escritura, sino de la lectura.
La obra de Unamuno se comprende con más amplitud interpretativa un siglo después. Entre las novelas de Claudio Magris, Coetzee o Vila-Matas la de Unamuno brilla, se impone en cualidades lingüísticas, en profundidad de pensamiento y en propuesta estética y ética. otro caso parecido es el de Macedonio Fernández.
Aunque con el tiempo, que va derrumbando la vida, creo que cualquier poeta verdadero es siempre poeta del Tiempo en poesía; y que los que tratan de componer poemas de ahora no hacen sino comunicar, como lo hace un anuncio o un periódico. La creación pertenece al ámbito de la supremacía de la consciencia y a ese punto muy pocos llegan.