domingo, 23 de agosto de 2020

Hesse, de mañana, en diálogo con Carlos Fuentes.

La templanza y el comedido desiderio de escuchar el corazón cada mañana, latente, concorde a la secreta armonía que atesoramos.

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Una de las obras más agudas del mejicano Carlos Fuentes se titula En esto creo. No estamos ante una novela o una narración, que es el terreno de trabajo del autor de Cambio de piel, sino ante una suerte de diccionario personal que da respuesta a ciertos términos predilectos por el autor. En ese volumen, que tuvimos la suerte de leer en un curso con el propio Carlos Fuentes en Santander, puede uno leer lo siguiente en la entrada titulada "Odisea": 

"El lenguaje es creación del tiempo. El eterno presente ese el tiempo del lenguaje mítico. Es el lenguaje de la aspiración a ser uno, completo, como en el origen: [...] El propósito del presente eterno -el mito- es re-ligarnos (re-ligión) con el mundo natural a punto de convertirse en el mundo humano. [...] Y es que los mitos son como el cristal entre las dos dimensiones de lenguaje. Decir o no decir. [...]. Pues si la nostalgia del lenguaje consiste en darnos una estructura reversible que nos devuelva a la unidad primaria el hombre, la fatalidad del lenguaje es depender de un medio sucesivo e irreversible, la palabra. En el origen mismo del lenguaje está el dilema del lenguaje".  

Toda la entrada es una maravillosa y recoleta reflexión sobre la palabra, el tiempo y la narración. hay más esencia literaria en estas páginas que en la mayoría de sus novelas, por extensas y bien ejecutadas que sean estas; pareciera que este libro lo escribió el autor del corazón, de un pálpito imposible de sostener y no por una secuencia de trabajo a la que se somete en busca de una página feliz que puede o no llegar. La propia creación de este libro desdice al autor en el resto de creaciones y lo lleva, aun sin haber caído él mismo en la propia paradoja de la palabra literaria, en el hecho de que la literatura, el arte no necesita del ampuloso y social estigma de la narración sin más ni más.  

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Y concluimos con el recuerdo de un fragmento de Hesse en Lecturas para minutos, precisamente en "Saber y consciencia": "La cosa más sencilla se vuelve inmediatamente complicada e incomprensible al hablar de ella". 

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