miércoles, 22 de noviembre de 2017

Gadamer y Horacio.

RECUERDO, ahora que vengo de una librería y he expurgado lo que hubiera de poesía, lo que afirmaba Gadamer en Poema y diálogo: "La palabra poética se distingue radicalmente de las formas efímeras del lenguaje, que sirven, por lo demás, de soporte al proceso comunicativo". 

En este aserto existe toda una teoría de la palabra como comunicación y de la palabra como creación y poesía. En los últimos tiempos es fácil testimoniar que los "escribidores" de poesía han determinado que el lenguaje poético debe despojarse de todo el abalorio lírico, de construcción de la lengua, de edificación del pensamiento para asentarse en lo que Gadamer llama "las formas efímeras del mensaje". 

Parece ser que los que se llaman poetas ahora no han leído lo que afirmaba Horacio en Odas, 3, 30, 1: "Exegi monumentum arre perennis", esto es, he levantado un monumento más duradero que el bronce. Basta leer unas primeras líneas de cualquier libro de poesía de ahora, de cualquier editorial, para caer en la cuenta de que el paradigma de permanencia ha sido transmutado en eventual mensaje vacío.