El cansancio es como una verdina que se incrusta insonora y que casi nos deja inmortales. Por el cansancio, hace ahora un año, no pude contemplar cómo transportaban por las aguas del gran canal veneciano el puente que Santiago Calatrava había diseñado. Menos mal que en Venecia los prodigios acontecen a diario, sin tiempo, en plena amanecida.
Veo en la prensa que en Jerusalén han colocado otro de esos puentes atirantados y geométricos que parecen surgidos de una imposibilidad física. Tantas toneladas en equilibrio, tantas mediciones en el aire. Y eso parece que le ocurre ahora al país, que se encuentra en un estado gaseoso en que las cosas no se llaman por sus nombres, en que los asuntos que se colocan en el observatorio bien merecen una mueca malévola de indignación.
No es justo, en un sentido amplio de justicia, cuasi filosófico, que una señorita se haya convertido en Ministra de Igualdad, que se le haya creado un ministerio nuevo y que además quiera compartir con el resto de los ciudadanos su supina ignorancia, su paupérrima dialéctica y sus modales de niña de feria vestida de gala. No es la primera ministra que me lleva al bochorno, ya se encargaron la difunta Loyola de Palacio y Carmen Calvo de advertirnos que el puesto costaba poco. Sin embargo, la pedantería enquistada de Bibiana no hace más que conducirme al cansancio primero que comenzó estas líneas.
Bibiana Aído ha demostrado en público que su aprecio y defensa de la lengua española parte del desconocimiento absoluto, de la ignorancia alquitranada que conduce a la sinrazón. Pero además, últimamente, se atreve con ponencias inyectadas de una moralina que ya me suena a fundamentalismo soviético y perdición de las almas. Es decir, resulta que los disparates son ahora de orden antropológico, ya que sin darnos cuenta nos hemos convertido en un batallón del etnocentrismo. Obviamente, esta muchacha creo que no sabe qué es el etnocentrismo, qué es la lengua española y qué es una biblioteca; es más, pienso que si realmente supiera medir el valor que poseen las bibliotecas, jamás hubiera lanzado propuestas como las que ha manifestado. Me gustó el desplante socarrón de César Antonio Molina y la aclaración que dejó a la galería.
Si existe un espacio en que conviven todas las lenguas posibles para la escritura; si existe un espacio en que confluye la diversidad de criterios, las interpretaciones de las culturas; si existe un lugar de privilegio en que se nutre la formación de las mentalidades, ése es una biblioteca. Y una biblioteca sesgada, utilizada con finalidades políticas de cualquier orden, deja de manifestar la libertad de espíritu que la inteligencia otorga.
Veo en la prensa que en Jerusalén han colocado otro de esos puentes atirantados y geométricos que parecen surgidos de una imposibilidad física. Tantas toneladas en equilibrio, tantas mediciones en el aire. Y eso parece que le ocurre ahora al país, que se encuentra en un estado gaseoso en que las cosas no se llaman por sus nombres, en que los asuntos que se colocan en el observatorio bien merecen una mueca malévola de indignación.
No es justo, en un sentido amplio de justicia, cuasi filosófico, que una señorita se haya convertido en Ministra de Igualdad, que se le haya creado un ministerio nuevo y que además quiera compartir con el resto de los ciudadanos su supina ignorancia, su paupérrima dialéctica y sus modales de niña de feria vestida de gala. No es la primera ministra que me lleva al bochorno, ya se encargaron la difunta Loyola de Palacio y Carmen Calvo de advertirnos que el puesto costaba poco. Sin embargo, la pedantería enquistada de Bibiana no hace más que conducirme al cansancio primero que comenzó estas líneas.
Bibiana Aído ha demostrado en público que su aprecio y defensa de la lengua española parte del desconocimiento absoluto, de la ignorancia alquitranada que conduce a la sinrazón. Pero además, últimamente, se atreve con ponencias inyectadas de una moralina que ya me suena a fundamentalismo soviético y perdición de las almas. Es decir, resulta que los disparates son ahora de orden antropológico, ya que sin darnos cuenta nos hemos convertido en un batallón del etnocentrismo. Obviamente, esta muchacha creo que no sabe qué es el etnocentrismo, qué es la lengua española y qué es una biblioteca; es más, pienso que si realmente supiera medir el valor que poseen las bibliotecas, jamás hubiera lanzado propuestas como las que ha manifestado. Me gustó el desplante socarrón de César Antonio Molina y la aclaración que dejó a la galería.
Si existe un espacio en que conviven todas las lenguas posibles para la escritura; si existe un espacio en que confluye la diversidad de criterios, las interpretaciones de las culturas; si existe un lugar de privilegio en que se nutre la formación de las mentalidades, ése es una biblioteca. Y una biblioteca sesgada, utilizada con finalidades políticas de cualquier orden, deja de manifestar la libertad de espíritu que la inteligencia otorga.
Lo de Bibi produce bochorno y sonrojo, es cierto, pero es poco menos que una anécdota si lo comparamos con la manera que tienen de defender nuestra lengua personas de reconocido talento como Álvaro Pombo y el partido en el que milita... Eso no es anécdotico, es más peligroso, porque además esos sí saben que mienten, son cínicos, mientars que Bibi es simplemente una necia más de´l mundo de la política...
ResponderEliminarEstoy contigo, Tomás, la respuesta de César A. Molina fue de lo más acertada. También me pareció sanamente provocadora la pregunta de uno del PP, que quería saber si en esa biblioteca estarían La ilustre fregona, La Pícara Justina o La Celestina...
ResponderEliminarNo entiendo, en cambio, que quiere decir R. Lázaro con respecto a UPyD... ¿en qué mienten?
En todo caso tampoco entiendo a Lázaro, ya que no estoy planteando el problema como se quiere ver desde la política, desde la pésima izquierda y la casposa derecha. Más bien atiendo al problema del conocimiento en sí, y sería una temeridad poner a Bibiana junto a los ilustres nombres que se han manifestado acerca del problema de la lengua común. Saludos.
ResponderEliminarBueno, si dos personas cultas y leídas no me entienden quizá es que el castellano só está en peligro y ese peligro se manifiesta en que unos no lo entienden bien y otros nos esplicamos peor. Os aseguro que aquí en Valladolid no se habla otra cosa que castellano desde hace siglos, a veces usamos el laísmo y algunas otras cosillas nuestars, pero desde luego si me esplico tan mal que no me entendeis es por culpa de otra cosa, no de lenguas malas malosas como defiende los del centro (político y del otro también). En fin, es una pena, yo que después de leer algunos libros en mi lengua, con sus muchos acentos pensaba que el castellano lejos de estar en peligro era cada vez más fuerte... y resulta que hay lenguas que incluso estando prohibidas y perseguidas perduraron amenazan con hacer desaparecer el castellano... Manda cojones. En fin, eso da lo mismo, los Pombo y los Gamonedas y los Savateres dan lo mismo, lo importante es una puta ministra de la que nadie se acordará en un par de años.
ResponderEliminarAmigo Lázaro, creo que hemos mezclado los chivos con las cabras. Mi artículo versa sobre las bibliotecas como espacios de convivencia ejemplares, desde la antigüedad. En ellas han residido los pareceres más dispares, las lenguas más desiguales y los escritores perseguidos por una u otra causa. En este sentido, si una ministra, me da igual que sea de uno u otro partido,pretende aplicar la igualdad desigualando las bibliotecas es un índice clarísimo de que no tiene ni idea de qué es una bibiloteca. De ahí el título y mis palabras. No se trata de un atacque a ningún partido político, sólo a la ignorancia.
ResponderEliminarPor otro lado, no compares a Rodríguez Adrados o a Manuel Seco con Bibiana, la duda ofende.
No me da igual Gamoneda, Pombo o Savater, entre otros cientos de intelectuales que no citas, me conformo con leerlos y aprender de ellos, con sus virtudes y defectos.
Te recomiendo que leas una entrada de Fernando Valls, profesor de Literatura Española en la Universidad de Barcelona, con respecto al problema lingüistico.
Saludos, Lázaro, y escribe pronto sobre 2666.
No confundo ningún tipo de cabra, amigo tomás. Simplemente establezco yo, no tú ni tu artículo, en eso estoy de acuerdo, un paralelismo entre dos noticias de actualidad que se relacionan tangencialmente. Por un lado la ignorancia de una ministra que no es del rango, que por otra parte y en su descargo habla de la biblioteca de mujeres como una categoría dentro de las bibliotecas especiales, y yo, que por esos avatares de la vida sí que se de que hablo por cuanto estudié el temario de oposición a auxiliares de biblioteca, y sí que se podría, con criterio dudoso, pero cuando menos lógico y racional establecer una categoría específica por cuanto hay bibliotecas para ciegos, para presos, para niños o para inmigrantes u otras categorías que uno podría entender que se deberían incluír en la mera biblioteca pública y no en una especial o especializada, dicho lo cual opino que lo que plantea la ministra es algo con lo que no estoy de acuerdo, que me parece un error y que de ahi no pasa, y que además, caso de pasar de ahí supondría tan poquita cosa en la historia de nuestra lengua y de nuestra cultura que da risa toda la horda de exaltados que callan para otras cosas.
ResponderEliminarPor otro lado no entiendo que hables de intelectuales de prstigio y de ministras ignorantes y después hables de pésima izquierda y de casposa derecha, cuando aquí lo único cierto es que Bibiana Aído no representa a ninguna clase de izquierda, ni a la peísma ni a la otra y a la realmente existente, mientarsq ue lo que han firmado y apoyado muchos de esos intelectuales de la UDyP si que ha sido apoyado por una facción muy específica del espectro ideológico patrio: la extrema derecha mediática, política y religiosa.
Saludos.
Sé a qué te refieres, Lázaro y me han gustado tus palabras conciliadoras desde el conocimiento de las bibliotecas.Ese espectro ideológico patrio extremista y sesgado a lo más retrógrado y peligroso de la historia reciente de este país, se aprovehca hasta de que España ha ganado la Eurocopa. La misma postura extrema anida, aunque no queramos verlo, en muchos de los medios que rezan de ecuánimes y neutros, más cercanos a la izquierda; una izquierda, en mi opinión camuflada y no siempre justificada en sus razonamientos. Pero este no es el debate, amigo, ya nos estamos desviando. Saludos veraniegos, Lázaro.
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