lunes, 6 de octubre de 2008

¿QUÉ CRISIS?

Estos aires de crisis huelen a rancio, a tiempos antiguos. Ya sabemos la historia y volverá a repetirse: unos pocos especulan con el dinero de los ciudadanos y cuando traspasan las reglas del juego, resulta que ellos terminan ganando y los trabajadores de medio pelo pagando la muerte de las finanzas. Los ricos se quejan de la crisis cuando dejan de ganar lo que ganaban, pero jamás pierden. Así que cuando hablan de crisis económica me pregunto hasta cuándo vamos a dejar que el capitalismo exacerbado nos abrigue y envilezca, porque, cada cual en sus posibilidades, estamos sometidos al capitalismo en crudo. Con esta afirmación no estoy defendiendo que la práctica de un socialismo desnortado sea la solución, antes al contrario, estoy diagnosticando, según mi criterio, lo que acontece en esta sociedad de coco y huevo.
Estos aires de crisis debieran llevarnos a otras reflexiones que fueran más allá de la caída de los bancos; porque la crisis, esta crisis imperialista y monetaria, es nada al lado de la que se vive en otros países que cuentan la caída de su bolsa a ritmo de muertes por segundos. Mea culpa, ante todo y con descaro. ¡Qué hipócritas somos! Dejemos de una vez de sorprendernos ante lo evidente: nada nos pertenece, ni el piso que el banco te ha dejado, ni el coche, ni siquiera la ropa que atesta tu armario. La crisis, repito, está en la mollera de los ciudadanos, los que dejamos que la ignorancia supina nos dirija y nos aconseje cómo utilizar nuestras inversiones. ¿Quién se pregunta para qué compra algo, por qué necesito esto? Las preguntas se las hacen los niños y los ancianos. Los unos por inocentes, los otros por veteranos de guerra. La crisis es la falta de pensamiento, la destrucción de la inteligencia, el aplastamiento de los ideales.
La crisis económica nos azotará con cara de dólar y euro. La historia vuelve a ser la de siempre, el dinero público socorre la inversión descerebrada de las privadas. Capitalismo ambidiestro. ¿Quién intervendrá, de una puñetera vez, en la formación de los ciudadanos? Por este motivo cuando hablan de crisis deben matizar bien que se trata de la meramente financiera, ya que la crisis intelectual viene sofocándonos desde antiguo.

7 comentarios:

  1. Compañero Tomás:

    He paseado por tu casa-blog y debo decirte que cada día es más hospitalaria. Será que las palabras con las que nos recibes ejercen su noble labor de cicerones. Estoy encantado de haberte visitado otra vez. Escucho a la gran Sarah Vaughan y hasta ella parece estar a gusto en esta vespertina concurrencia.

    Salud y buenos alimentos y que siga esta vecindad intelectual en la que vamos encontrándonos.

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  2. Estoy totalmente de acuerdo contigo. El saber, el cultivo intelectual de uno mismo han perdido su razón de ser par una gran parte de la gente. Sigue interesándonos más el tener que el ser.
    Un saludo, compañero, espero que te vaya bien y que disfrutes con lo que haces. Recuerdos a Elena.
    Vengo a tu casa a menudo y leo lo que escribes. Me gusta cuando escribes sobre ti.
    Besos, Pilar

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  3. Pues no estoy, en parte, de acuerdo con Tomás. En mi opinión lo que está en crisis es el sistema. Un sistema que fomenta el saber por saber, en vez del saber para hacer. Hoy día el capital intelectual está en el sistema público (en Sanlúcar hay más de 1000 profesores), y muchas veces me pregunto cuál es el rédito que nos devuelve esa inversión -a largo plazo e insuficiente- que hemos realizado todos; especialmente los que trabajamos en la empresa privada.

    Saludos.

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  4. Estimado Tomás. Creo que puedes imaginar a la perfección el grado de mi asco por lo que está pasando con el capital. Últimamente ando liado, con poco tiempo, y me parece que hace eones que no te visito. Ante lo que acaece, como siempre, me he refugiado en la Ilíada. En ella me escondo. Leo y releo, imagino y reescribo la historia. In cluso he optado por ponerme en forma. Entreno a diario. Creo que debo volver al estado de guerra. POco más nos queda. ME hallamado la atención un comentario de los que han dejado, José. Creo, y sin ánimo de molestar, que es precisamente lo contrario, lo radicalmente opuesto a lo que él expone la raíz del problema. Es precisamente esa instrumentalización del conocimiento la está en la raíz de todos los problemas. EL conocimiento ha llegado a ser tan pragmático que no es útil ni lo que se conoce, ni lo que permite hacer, sino lo que aparanta conocerse. ¿No es por ese tipo de cosas por lo que sube y bajan los putos mercados?

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  5. Voto a bríos!! Pero si el mercado está inundado de economistas incapaces de oler el apocalipsis en su jodida cara!!!! HAsta cuando hay que hacer como el que no se entera de nada!!

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  6. Gallardosky, gracias miles por tus visitas y comentarios, son siempre bienvenidos. Me alegra mucho leerte de nuevo por aquí, Pilar, espero que tu entusiasmo (en términos griegos) siga con la misma fuerza de entonces.
    ¡Querido Elipha...!Te tengo en la memoria como un feroz pelotero de las esencias. Cuánto me acuerdo de aquellos martes de carnaval para nuestras molleras.
    José, pienso que el conocimiento en sí jamás ha estado en crisis, por naturaleza. Ahora bien, el uso político del mismo, como con todo, es siempre lo que hunde al mundo. Pero me quedo con "Akiles", tan listos son los economistas que no se han dado cuenta, en sus narices, de lo que nos iba a ocurrir. O demasiado listos y nos dejan ahora el borrego, una vez que se han llenado los bolsillos.
    Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.

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  7. Muy lúcido el artículo, compañero.
    Excelente sintagma: "capitalismo ambidiestro".

    Abrazos...

    Luego te llamo y te cuento de vida en Pruna.

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