VOLVER, como nací, quiero a la tierra
con los ojos cubiertos, los clarines
anunciando mi voz como una guerra
con el sueño torcaz del alma libre.
Con el sueño incesante de mortajas
que el latido sentir da en melodía
en música silente, en luz dorada,
son la sangre, los cuerpos en la vida.
Todas las horas que en el mundo vivo,
-cenizas incendidas de lo oculto-,
fueron y pasaron y son y hubieran sido
nuestra figura cierta y [...]