¿VISTE anoche, en el cielo, la claridad? Estaba la noche levantada por el rastro sideral de las estrellas. Su inmensidad parecía traspuesta y retocada por las constelaciones del verano. Fue de madrugada cuando mejor pude apreciarlo todo, en la azotea, en solitario, con el solo latir concorde de mi corazón. El ritmo del mundo en el ritmo de la sangre; cerraba los ojos para verlo todo con más nitidez, pues qué diáfano el mar del cosmos cuando te entregas por entero a su estación.