AFIRMABA el músico italiano Francesco Giorgi, franciscano y ciudadano de Venecia, que todo respondía a la armonía de toda la creación y esta, a su vez, y con ayuda de entendimiento de los judíos venecianos, de los sephirot. No queda aquí el caso pues el autor, de gran reputación en su tiempo, añadió las ideas platónicas para conformar toda una teoría como armonista. Para ello se propuso escribir un comentario a , ni más ni menos, que el Timeo de Platón. Fruto de estas tensiones intelectuales surgió el volumen harmonía mundo, publicado en Venecia en 1525.
Tras leer al autor, sus ideas, algunas sentencia brillantes y sugerentes, me quedo toda la tarde pensando y reflexionando sobre un enunciado: " Las notas del heptacordo corresponden al alma".
A las notas del heptacordo sumo las cuatro fuerzas fundamentales que actúan sobre la materia: gravitatoria, electromagnética, nuclear fuerte y nuclear débil.
Con todo, arrimado al silencio que proclama este gris y este silbo del viento en la ventana, me quedo en mí, tanteando con la razón y la emoción la materia natural del espíritu.