martes, 4 de mayo de 2010

lunes, 20 de abril de 2002. No sé si en estas tardes de escritura cuento con un lector subsidiario o si todo no es más que el reflejo de la página en blanco. Tremendo reflejo transparente el de la página limpia y tersa que se nos extiende sin límites.
Porque hacemos de los límites de la escritura los límites de la sintaxis y de los textos y de las páginas en blanco. Con esta propuesta, la poesía es el verdadero derrumbe del entendimiento: en ella se edifica un cosmos, con ritmos de blanco, con trozos de silencio.

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miércoles, 29 de abril de 2002. La trágica constatación del hombre que somete sus días a la literatura es la siguiente: la vida es la linealidad y la cronografía de un vulgar y mezquino individuo. Sin embargo,
el territorio de inicio en la poesía es el mismo que el de llegada ya que ambos son estrictamente utópicos.

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un día de septiembre, en Cádiz. Un poema es un accidente de las palabras. En ocasiones, ese accidente sobrepasa al autor y deja a éste como mero tránsito, como instrumento. Alcanza la obra una dimensión superior y su belleza ya lo le pertenece. Y el poeta, por tanto, deberá dejar de preguntarse qué es la poesía y callar con la mudez de los astros.

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Hoy. Valéry, ay, Valéry, ejercitado escritor, infatigable abeja que liba en la hiel de las palabras y el pensamiento. “La forma hace orgánica la idea”. ¿Qué más nos queda por añadir?

1 comentario:

  1. Tomás, querido amigo, voy a ejercer el noble e inútil arte de la declaración de principios: me confienso tu lector subdiario (subsidiario es un término que no goza de mi beneplácito, lo siento mucho). Salud y República.

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