"LA PALABRA es la luz de la sangre" afirma María Zambrano. En esta afirmación se sintetiza toda una poética de vida y literatura. Sangre, sinécdoque y totalidad,; luz como el raciocinio imposible de la sangre que solo subyuga su naturaleza a la palabra. La palabra es el formante que nos hace más humano, no hay otra existencia más humana que la palabra. Pero la poesía no es solo palabra, es el origen mismo de la palabra y frente a lo monódico del verbo al uso, ofrece una polifonía. Ese es el recorrido del poeta: la búsqueda armónica de esa esencia.