miércoles, 5 de septiembre de 2012

BASTAN unas pocas páginas de Shopenhauer para congraciarse con la especie.Si decíamos que Nietzsche procuraba en El nacimiento de la tragedia sustraer, con su estilo enfervorizado y enérgico, la esencia del arte, Shopenhauer lo hace con un estilismo más cercano al mundo romántico, rozando, en ocasiones, la gracia de convertir el fondo en la forma, la idea en las palabras justas que utiliza para ello.  
"No solo la filosofía, sino también las bellas artes trabajan en el fondo para resolver el problema de la existencia. [...] esta esencia es lo único que tiene interés para el intelecto como tal, es decir, para el sujeto puro del conocimiento emancipado[...] por eso, el resultado de toda concepción puramente objetiva, es decir, también artística, de las cosas, es una expresión más de la esencia de la vida y de la existencia, una respuesta más a la pregunta: ¿qué es la vida?". 

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HOY se me ocurre que la poesía es lo que en todo poema propiamente es.

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ES obvio que los significantes limitan los conceptos para su entendimiento. Un concepto, una idea, no posee ningún significante anexo a su naturaleza, es una arbitrariedad la que se produce entre las palabras y las ideas.Pero es cierto que nombrar, en el uso común,  es una determinación siempre. Este es el supuesto por el cual el poeta debe tañer las palabras para vincularlas no a las determinaciones primerizas, sino a los universales. la poesía es una exploración del ser.

El problema del poeta es que conoce con prontitud el límite de su tarea y acaso, su imposibilidad. De ahí que el poeta excelso sepa conformarse con una sugerencia de la esencia que trata de nombrar. Shopenhauer utilizó una cita de Goethe que resume y sintetiza todo ello de forma poética y profunda: 

"¿Y si finalmente no es posible indagar la naturaleza?"

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INCLUSO en esos párrafos dedicados a lo accesorio Shopenhauer me deleita: "Lo que en cada una de las artes que caracteriza al mamarracho es el juego arbitrario con los recursos del arte sin un conocimiento real de sus propósitos. Eso se muestra en esos soportes que no sostienen nada, [...]". 
¿Se puede definir mejor el estado de la poesía actual que con estas palabras? ¿No nota uno con demasiada frecuencia ese vacío, ese desconocimiento, esos propósitos hueros, esa vanidad por encima de la esencia?