EL ritmo de la palabra poética responde a un acorde, es estimulada por una armonía que proviene del cosmos. El poeta responde con la palabra encendida a ese estímulo. Recuerda el poeta A.C. unas líneas de Zibaldone, de Leopardi relativas al fin del arte: "non è il bello, ma il vero, ossia, la imitazione della Natura". Lo lleo, lo verdadero, naturaleza. No la belleza, sino lo verdadero que brota de la imitación de naturaleza. ¿No es esto mismo lo que Hölderlin afirmaba? La poesía es una, todo, y se inclina en cada espíritu, pero siempre en lo verdadero que, al fin, es belleza natural.