RECUERDA C.A.M. cómo Séneca recomendaba a Lucilio la soledad y el retiro como los fundamentos de la sabiduría. Todo alejamiento de la multitud era una actividad virtuosa; y cuanto menos te necesite la multitud más fructífera serán tus palabras donde deben serlas: en el tiempo que no envejece. Y de Séneca a Montaigne con el cedazo de la vida transmutada en palabras y en literatura.