ES Platón, en Banquete 211e, quien nos alumbra. El centro es indudable, solo los que se revuelven y atemorizan nunca lo han sido. Porque el centro es el ser, el ser otro. Un estar siendo. El que tenga ojos que escuche:
"-¿Qué debemos imaginar, pues, si le fuera posible a alguno ver la belleza en sí, pura, limpia, sin mezcla y no infectada de carnes humanas, ni de colores ni, en suma, de otras muchas fruslerías mortales y pudiera contemplar la divina belleza en sí, específicamente única?
[...]
¿O no crees que solo entonces, cuando vea la belleza con lo que es visible le será posible engendrar, no ya imágenes de virtud, al no estar en contacto con una imagen, sino virtudes verdaderas, ya que está en contacto con la verdad?"
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La verdad no se encuentra, no tiene topografía, es utópica. La verdad poética se es.Ser verdad es estar en el centro.