jueves, 28 de febrero de 2013


ME encuentro como decía J.R.J.: "secreto y transparencia".  El poeta se hace espectador de su vida: la contempla como un río quieto. Esta sutil y profunda postura, debe conducirlo hacia el límite. Escribo el límite y no su límite, pues el poeta evoca con su palabra la naturaleza del mortal.

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Zibaldone, de Leopradi. Leo el texto en italiano, en la edición de dos tomos de Mondadori publicada en el año 83. Esto complica mucho la lectura, pues el libro es un tapiz de citas, reflexiones, ideas, pareceres atinados, pero profundos. Una prosa enrevesada, que se muestra circundante, perifrástica. Sin embargo, las palabras de Leopardi siempre encierran un sendero escondido, una significación profunda, exenta de palabras accesorias, que el lector advierte tan pronto como termina de leer cualquier enunciado. 

"la natura ha dato i suoi piaceri a tutti i sensi". 

Toda una filosofía. Recuedo a Hume, pero también a Berkeley. Cómo no a Aristóteles. Cuánta verdad concentrada y qué vrtud en este verbo. Sucede como con Montaigne, palabras, palabras que destruyen los límites sintácticos de lo inmediato. 

Naturaleza ha dotad de placeres a todos los sentidos. Esta línea forma parte de un escrito en que Leopardi disputa la belleza natural y la belleza artifical. Sobre todo la belleza artifical del sueño y de la maginación. En ese punto, expande el problema a la predispoción del espíritu humano para recibir esa belleza. He aquí, en mi opinión, uno de los temas fundamentales de la naturaleza artística y de su existencia en las sociedades. Sería un tema demasiado amplio para dejar, únicamente, un par de líneas sobre este asunto en el diario. Sin embargo, prosigio leyendo a Leopardi con mucho agrado y asintiendo: 

"Laddove la belleza  naturale o atfiziale non fa effetto se l´anima non si mette in una certa dispozione da riceverlo, e perciò il piacere che dà si riconosce per intellettuale".
  
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Leo, entre otros poemas, The cantos, de Ezra Pound, en la traducción de José Vázquez Amaral. En el "Cantar IV" escribe Pound: 

Across the Adige, by Stefano, Madonna in hortulo,
As Cavalcanti had seen her. 
 The Centaur´s heel plants in the earth loam.
And we sit here...
there in the arena...

Al otro lado del Adige, por Stefano, Madonna in hortulo,
Como la vio Cavalcanti.

El talón del centauro se hunde e suelo musgoso.
y nosotros aquí sentados...
aquí en la arena...  

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¿...y qué mejor paseo por la "Alameda verde" de J.R.J. para comenzar la mañana? Las razones luminosas: 

"La poesía no es sucesiva, como la ciencia. Un poeta no continúa a otro poeta, sino que recrea, revivie, aísla y cierra en sí mismo `toda´ la poesía".