DE NUEVO en este camino secreto del diario. Así lo tomo desde hace unos meses, como un baremo personal de lo que rindo al cabo de los días, las lecturas, el amor, la belleza contemplada, acaso el devenir del cosmos. Aquí estoy y estoy en la tristeza esperanzadora de vivir, de vivir entendido como una polifonía sobrecogedora para mi corto entendimiento, como una sucesión finita de lo bello que no alcanzo a comprender, pero sí a atisbar su verdad, justicia y belleza. estas secuencias son cenizas de todo ello, humareda de poco valor y mensajes que tengo para mí como bálsamos secretos. Poco a poco, se van anteponiendo otras acciones y con E. todo se trasladó del lado de la sangre, pero sigue existiendo algo permanente dentro de uno, una fuerza teleológica de entendimiento que no puedo soslayar y que, casi siempre, termina en la palabra y en la música, en el pensamiento y en la acción verbal, en la serena laguna de la música y en el cifrado suceder de los vocablos.
No soy, al fin, más que esto; para los demás, esto mismo, una imagen y una idea que ni siquiera conozco, que no soy capaz de describir y de la que no conozco su dimensión y su anchura.